miércoles, 17 de agosto de 2011

"Three weeks in Athena" Cap 13





–Esto es completamente inapropiado. Soy tu secretaria –dijo ella con voz temblorosa y demasiado aguda.
Nick estaba desacostumbradamente ruborizado.
–También eres la mujer en la que no puedo dejar de pensar. Y es un poco tarde para tratar de hacerse la virgen herida –respondió pasándose la mano por el cabello en un gesto de frustración.
Miley negó con la cabeza, intentando no fijarse en sus carnosos labios. En aquel momento se sentía de todo menos virginal. En pocos segundos él había reducido a cenizas la certeza con la que se había consolado desde que había perdido su virginidad: que era frígida.
–No. Soy tu secretaria. Esto es imposible. Tan sólo estás aburrido o algo así. No puedes querer...
– ¿Que no puedo? –Le interrumpió él secamente fulminándola con la mirada–. La otra mañana te vi cambiarte de ropa y me sentí como un colegial contemplando a una mujer desnuda por primera vez. Ninguna mujer me había reducido a eso nunca. Y tú también me deseas, Miley. Acabas de demostrármelo.
Ella se ruborizó avergonzada. Conque sí la había visto. Ella lo suponía, pero oírle confirmarlo casi le hizo perder el sentido. Además, junto con la vergüenza se le había despertado otro sentimiento, de placer ilícito cuando había visto el rostro de él. Negó con la cabeza más fuerte que antes y se agarró el vestido con ambas manos.
Justo en aquel momento sonó el teléfono. Miley dio un respingo. Estaba temblando de nuevo.
–Es el taxi. Márchate ahora mismo.
Pero como él no se movió, añadió:
–Por favor.
Nick por fin se acercó a donde estaba su abrigo y, tras echárselo a un hombro, se dirigió a la puerta. Se giró y contempló a Miley un largo momento, imponente en el modesto apartamento. El teléfono volvió a sonar.
–Te veré el lunes, Miley. Esto no ha terminado... ni mucho menos –aseguró y se marchó.
Miley se quedó inmóvil y sin aliento. Cuando el teléfono la trajo de nuevo a la realidad, se acercó y contestó.
–Enseguida va.


Segura de que él se había marchado, Miley se desvistió y se dio una ducha caliente creyendo que tal vez acabaría con los sentimientos dolorosamente intensos que Nick había despertado en ella al tocarla y mirarla. Se puso su pijama más viejo y cómodo y se hizo un chocolate caliente. Sacó el sujetador del armario donde lo había escondido y se ruborizó de nuevo, pero decidió ignorar sus temores y se hundió en el sofá del salón con la taza entre sus manos frías.
Contempló la foto de su madre y ella y se le llenaron los ojos de lágrimas. Se sentía increíblemente vulnerable tras lo que acababa de suceder.
Su madre había sido diagnosticada de Alzheimer dos años atrás. Había sido la causa de que cada vez fuera más olvidadiza e irritable, con drásticos cambios de humor. Era algo tan poco propio de ella que Miley había insistido en que acudiera al médico. Le habían hecho varias pruebas y, en cuanto había recibido el diagnóstico, su madre había empeorado día a día, como si haber nombrado la enfermedad le hubiera abierto las puertas.
Al principio, Miley había podido cuidarla en su pequeño apartamento de Holland Park. Pero una tarde, al regresar a casa y encontrarse a su madre llorando desconsolada en medio de la cocina inundada, con el gas encendido y sin saber cómo ni por qué lo había hecho, Miley había sabido que no podía seguir luchando contra aquello ella sola. Había empezado con ayuda domiciliaria, cuyo coste había fulminado sus ahorros. Su madre nunca se había preocupado por el dinero más allá de asegurarse de que Miley y ella tenían lo necesario. Siempre había habido un nuevo amante rico dispuesto a darle lo que pidiera. Sin embargo, en los últimos años se había enfrentado a la cruda realidad de envejecer en un mundo donde la juventud y la belleza imperaban. La protección de novios ricos había desaparecido por completo.
Miley recorrió la foto con un dedo. En el siglo XIX, su madre habría sido una famosa cortesana. En su época había sido una solicitada bailarina de cabaré, una auténtica artista. Su belleza y encanto habían sido legendarios. Miley frunció la boca. Su madre se había acostumbrado a recibir atenciones de hombres muy ricos y poderosos. Se recreaba en el control que tenía sobre ellos, en su habilidad para reducirlos a ardientes amantes, desesperados por agradarle en todo lo que pudieran. Gracias a ellos, Miley había recibido los mejores estudios por todo el mundo. Y no podía denigrar a su madre, ella sólo había empleado todas las herramientas a su disposición para sobrevivir.





4 comentarios:

  1. wauu genial el cap sube maraton sii??? no seas mala!! plis plis :D un beso ;)

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  2. me encanto.... seguila... porfis...

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  3. Ahh sis moxaa ah me reeencanto el capi enceriio ahh súper duper enceriio ahhhh sis sube mas mas mas

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