sábado, 24 de marzo de 2012

"Die Frau hinter der Maske" Cap 19








¡Y contra esas imágenes no había mantra lo suficientemente poderoso como para competir!
—Buenos día Miley, ¿alguna novedad?— preguntó él al pasar y sin nada de entusiasmo.
—Buenos días señor Jonas. No ha habido más que un llamado.
Los ojos de él, por primera vez en toda la mañana, se iluminaron esperanzados.
—¿Si? ¿Dejó dicho quien era?— Inquirió un poco eufórico.
—La señorita Evans— dijo Miley reprimiendo un gruñido—. Ha dicho que por favor la llame, porque tiene un bolígrafo que usted olvidó en su departamento.
—Ah…— había sonado desilusionado—. Si vuelve a llamar sólo dígale que se lo guarde. Aunque no veo cómo puedo haber olvidado un bolígrafo cuando no he ido a su casa a tomar notas— dijo sarcástico.
—Imagino que no— bufó Miley sin darse cuenta.
—¿Ha dicho algo Miley?
—Nada señor Jonas, no he dicho absolutamente nada.
—Sólo me pareció… Bueno, no importa.
¡Claro que no importa! ¿Qué va a importarte un condenado comino lo que yo pienso? Entonces recordó las palabras de Demi y se obligó a volver a sus cabales. No quería darle la razón a su hermana.
Aunque sabía demasiado bien que la tenía.
—¿Está segura Miley que no llamó nadie más? ¿Ninguna otra mujer? ¿Por qué no revisa sus notas y lo confirma?
Ella lo miró sobre las gafas con extrañeza. 
Cuarta sorpresa: Esa mañana Nick Jonas estaba muy raro.
—Señor Jonas, nadie más ha llamado— puntualizó arrastrando las palabras para enfatizarlas—. Nadie.
—Es que…, tendría que recibir un llamado. Es muy importante.
—Bueno, si alguien telefonea se lo haré saber enseguida. ¿Algo más? ¿Algún ramo de flores que enviar?— preguntó como si tal cosa jugueteando con el lápiz entre sus labios.
No pudo evitar pinchar ese aguijón.
—No hoy no.
Nick Jonas se quedó hipnotizado otra vez en esa boca.
Entonces le echó una rápida mirada al conjunto en general.
—¿Señorita Miley, usted…?
A Miley se le paralizó el corazón. 
¡Señor! ¿Me habrá reconocido? No, no puede ser, él no…
—¿Usted está diferente, verdad?— lo oyó preguntar
—Un poco— respondió ella exhalando disimuladamente el aire que había estado conteniendo.


viernes, 16 de marzo de 2012

"Die Frau hinter der Maske" Cap 18





Miley esa mañana se vistió con un trajecito negro bien entallado, (toda su ropa nueva lo era). Una chaquetita que delineaba su figura y un pantalón ajustado que seguía haciendo lo propio en la mitad inferior de su cuerpo. Debajo llevaba una camisa color manteca con los botones superiores desabrochados. El resultado era el de una ejecutiva súper sexy.
Se sentó frente al espejo para peinarse. Y se hizo el rodete, pero ahora Miley había aprendido algunos truquitos de belleza, y el susodicho rodete no le quedaba a la altura de la nuca al estilo abuelita, sino en la mitad superior de su cabeza y adornado con dos varillas de madera que invitaban a quitarlas para desarmar el peinado.
 Se maquilló un poco, no mucho. No le gustaba estar cubierta de productos, prefería el estilo más natural. ¡Pero algo de color nunca venía mal!, así que puso manos a la obra con algo de máscara para pestañas y un buen labial marrón que aclaró en el centro de la boca con una pizca de rosa bien claro.
Miley tenía un pequeño problema y era que las lentes de contacto le irritaban los ojos si las usaba seguido, así que no le quedó más que ponerse sus viejas gafas mientras se juraba cambiarlas por unas más modernas y livianas durante el transcurso de la semana. De todas formas, con los demás cambios operados en ella, el detalle de las gafas no empañaba el resultado general.
¡Miley se veía bellísima!
Y así se lo hizo saber su hermana durante el desayuno. Aunque no tuvieron tiempo de hablar mucho más. Las dos ya estaban retrasadas, Miley para llegar a Jonas Publisher, Demi al gimnasio en dónde trabajaba dictando clases de yoga y de gimnasia. Al llegar al edificio, Miley no podía negar que se sentía nerviosa. Inspiró profundamente y obligó a sus pies a dar los pasos. Antes de darse cuenta ya había llegado a su cubículo. ¡No había resultado tan difícil después de todo!, claro que aún no se había cruzado con su jefe.
¡Y hablando de Roma….!
Miley descubrió que a partir del baile de máscaras, sus días estarían cargados de sorpresas. ¡Y al parecer bastante gratas!
Primero: no había escuchado la palabra “lavarropas” en todo el trayecto hasta el piso veintitrés del edificio.
Segundo: sí había escuchado algún que otro piropo a su paso.
Y tercero: Nick Jonas no había mirado los pechos de Delta cuando ésta le había mostrado los dichosos informes de cada día. 
¡Si hasta la mujer parecía desesperada intentando atraer la atención de él a su escote! Miley hasta creyó que Delta sería capaz de desnudarse allí mismo, al menos se había desabrochado otro botón más, (ya llevaba dos sueltos)  Y él nada… Lo mismo hubiese sido que estuviese hablando con
Liam de contaduría. Sólo miraba los papeles y tampoco se mostraba seductor… ¿Acaso estaría enfermo?, especuló Miley. Cuando se acercó a ella, la secretaria sintió que la sangre le bullía por todo el cuerpo.  Respira Miley… Inspiro, exhalo. Es mi jefe, es mi jefe, es mi jefe, se repetía como un mantra, intentando focalizarse en su trabajo. Pero al parecer, un pedacito de su cerebro, esa parte más lujuriosa, le enviaba imágenes de él tocándola, besándola y ella a él…


"Die Frau hinter der Maske" Cap 17





—No quieres seguir conversando porque sabes que lo que digo es sólo la verdad— volvió a tomar asiento resignada—. Creo que yo también me iré a la cama. Estoy muy cansada.
—¿Por qué te quedaste levantada a esperarme?—jugueteaba con el antifaz que tenía entre las manos.
—Me quedé organizando tu nuevo guardarropas— sonrió de lado—. Quería darte una sorpresa… ¡Pero veo que tú te llevas el premio mayor en originalidad!
Las hermanas volvieron a mirarse a los ojos y se sonrieron con ternura. Demi se puso de pie y arrastró a Miley hasta la habitación.
Lo hecho, hecho estaba. ¿Para qué seguir lamentándolo?
—¡Disfruta de tu nueva colección!— le dijo abriendo la puerta del clóset y descubriendo ante los ojos de Miley las prendas más bonitas, aquellas con las que ella se había imaginado una y otra vez—. Esta es la parte que faltaba de mi regalo de cumpleaños para ti.
—Demi… ¿Cómo…? ¿De dónde has sacado el dinero para todo esto?— señaló con su mano el colorido vestuario.
—Digamos que vengo ahorrando desde hace bastante tiempo esperando este momento— sus ojos brillaban de entusiasmo.
—¿No lo has hecho? ¿O si
Demi asintió.
—Con el tiempo iremos comprando más, pero creo que con este surtido podrás arreglártelas bastante bien durante un tiempo. Ve a dormir Miley, mañana puedes probarte todo— la besó en la frente y salió del cuarto.
Miley no esperó hasta que saliera el sol para descubrir que había dentro del armario. Sacó las perchas y se deleitó probándose cada cosa. Blusas ajustadas y de hermosos colores, pantalones de tela de jean, y otros más formales. Nada de elastizados y cinturas altas. Éstos eran de corte bajo, justo debajo del ombligo y de la talla adecuada, que le modelaban el trasero y las bien torneadas piernas. Trajecitos con chaquetas entalladas, camisas seductoras, faldas varios centímetros sobre la rodilla. ¡Y la ropa interior!, diminuta y llena de encajes. ¡Se veía atractiva hasta con la ropa deportiva! Demi había hecho un trabajo formidable en la elección. No se había equivocado ni en el talle ni en los modelos. ¡Todo era maravilloso y de un gusto excelente! Seductor y sexy a la vez que elegante. Cuando el agotamiento le ganó la batalla, Miley se fue a dormir completamente deslumbrada. Las luces del día habían empezado a asomar cuando ella cerró los ojos con la cabeza apoyada en la almohada. Y durmió durante todo el domingo, lo que no le dio demasiado tiempo para pensar realmente en cómo miraría otra vez a Nick Jonas a la cara sin sonrojarse.


viernes, 9 de marzo de 2012

"Die Frau hinter der Maske" Cap 16





Miley se escabulló lo mejor que pudo del hotel intentando pasar desapercibida. Aunque ya no era la mujer insulsa y anticuada a quien nadie dedicaba más que una desdeñosa mirada, así que la tarea le resultó difícil, sino imposible.  Percibía varios pares de ojos que la observaban. Logró  mantener la compostura y una vez fuera, y ya más aliviada, se consiguió un taxi que la llevara hasta su departamento. No importaba de qué manera seguiría su vida a partir de ahora. ¡Esa definitivamente, había sido la mejor noche de su existencia! Miley sabía que nada lograría empañar el recuerdo que atesoraría en lo más profundo de su corazón por el resto de sus días.  Porque ella se había entregado a Nick Cole, había sido suya y él de ella. Al menos por esa noche él le había pertenecido… Y eso, sucediera lo que sucediera Miley Cyrus, jamás lo olvidaría, ni tampoco, nadie podría cambiarlo… Sonrió soñadora recordando los momentos pasados. Había sido seductora, osada, atrevida… Se había animado a vivir, a amar… Cómo en sus sueños…


Al llegar a casa, Demi la esperaba sentada en la mesa de la cocina bebiendo un té de hierbas. En el suelo estaba la pila de ropa que Miley solía usar. Sobre el montón, descansaba una caja de fósforos.
Miley le sonrió a su hermana.
—Puedes quemar todo eso si quieres— señaló el bulto de colores espantosos—. No volveré a usarlo jamás. O dónalo si te parece bien.
—¿Donarlo? ¡Ni hablar! No creo que haya otra persona en éste mundo capaz de usar alguna de esas prendas— se apresuró a clamar su hermana—. Te aseguro que le hacemos un bien a la humanidad, y si no es a la humanidad, al menos al buen gusto, quemando esos trapos horrendos.
—Creo que tienes razón. Yo al menos no pienso usarlas.
—¿Te ha ido bien verdad? ¿Debo deducir que algún hombre te ha mirado de manera sugerente?— inquirió su hermana con complicidad.
Miley estalló en carcajadas.
—¡Me han comido con los ojos! ¡Señor! Todavía no puedo creer que se hayan fijado en mí. ¡Que hayan intentado seducirme y no uno, sino varios! Y lo más cómico de todo el asunto, es que eran los mismos que día a día en la oficina sólo se dedicaron a ignorarme.
—¡Esto se pone definitivamente interesante!
—¡Ni que lo digas!— se sonrojó bastante al recordar.
—¿Y qué más ha  sucedido? ¿Te han invitado a bailar? ¿A salir?— le preguntó Demi llevándose a los labios la taza con el té de hierbas que ya estaba un poco frío.
—Me acosté con Nick Jonas— soltó Miley de sopetón.
Y Demi debió hacer un esfuerzo sobre humano para no soltar la taza, aunque varias gotas se derramaron sobre la mesa.
—¿Te acostaste con Nick Jonas? ¿Tu jefe?
—¿A cuántos Nick Jonas tenemos el agrado de conocer?— le respondió sarcástica—. ¡Claro que lo hice con mi jefe!
—¡Santo Dios Smile! ¿Acaso te has vuelto loca?
—No, por primera vez en mi vida me animé a ser yo— se sinceró—. Y te juro Demi que no me arrepiento de nada.
—Pero Smile ¡Nick Jonas!...— negó con la cabeza—. Mejor que nadie sabes cómo se comporta ese hombre con sus amantes después de follárselas. ¿Acaso te ordenará mañana que te auto—envíes un ramo de flores con la ya famosa tarjetita?
—No me enviará ningún ramo.
—¡No te engañes mujer! ¿Qué crees, que te propondrá casamiento? ¡Vamos Smile! ¡El muy desgraciado sólo te ignorará!
—¡Claro que no ha de proponerme nada! Y deja ya la reprimenda Demi que no soy una niña. 
—No eres una niña, pero en este momento te comportas como una ingenua. ¿Qué piensas que hará ahora el señor Jonas? Déjame que te lo diga. Te despedirá para no tener que cruzarse contigo cada día. ¡Eso es lo que hará Miley! Puede que no te envíe la maldita tarjeta, pero sí el telegrama de despido- dijo enfadada

—Nadie me despedirá. ¡Nick no sabe que se acostó conmigo!—gritó. 
—¿Qué?— levantó los ojos hacia ella, asombrada.
—Nadie, ni uno sólo de los presentes fue capaz de imaginar que yo era la mujer oculta detrás del antifaz. Y así permanecerán, en la ignorancia total, porque yo no pienso revelarles mi identidad.
—¿Y como siguen las cosas ahora?— inquirió.
—Entre el señor Jonas  y yo solo hay una relación laboral, ¿cómo crees que seguirán las cosas?... ¡Cómo si nada hubiese sucedido! Porque él no sabe que pasó algo entre él y yo… Es sencillo— hizo un gesto despreocupado alzando los brazos y las palmas hacia arriba para enfatizar sus palabras.
—¿Oh sí, sencillo?— la miró fijamente a los ojos poniéndose de pie y acercando su cara muy cerca de la de ella—. ¿Te crees algo de lo que acabas de decirme o simplemente sonaba bonito?— le preguntó—. ¡A mí no me engañas Miley Cyrus! Yo te conozco y se que te morirás de dolor cada día al verlo con otras, se te romperá el corazón más que nunca al organizarle sus citas. Imaginarás cada noche lo que le está haciendo a su amante y gritarás de indignación porque no serás tú la que estará entre sus brazos. ¡Eso es lo que te sucederá!
—No quiero seguir hablando de esto— giró el rostro. No quería que ella la viera llorar—. Me iré a dormir.