– ¿Hay algo
divertido en Internet hoy?
Miley casi
saltó de su asiento al oír la voz masculina. Inspiró hondo antes de armarse de
valor y elevar la vista. Debía armarse de valor muchas veces frente aquel
hombre. Sonrió ampliamente, pero se detuvo al ver ensombrecerse el rostro de
él.
–No... Sólo
repasaba el correo electrónico más reciente de Miller Corporation...
Suspiró
aliviada porque eso era justamente lo que había estado haciendo antes de
perderse en sus pensamientos.
Vio que Nick
salía de su despacho y se acercaba a ella y se le disparó el pulso.
–Mentirosa
–afirmó él con suavidad.
– ¿Disculpa?
–se rebeló ella.
Le vio llegar
hasta su escritorio y se contuvo de encogerse cuando la miró intensamente. Se
sentía mareada tras días sin apenas mirarse a los ojos.
Él enarcó una
ceja.
–Si eso es
cierto, dime qué propone Miller que hagamos en la última fase para sellar
nuestra fusión.
Miley tenía
la mente en blanco. Y entonces una parte suya lejana, más racional y
profesional que la que estaba babeando en la silla, volvió a activarse.
Milagrosamente, la información acudió a su memoria.
–Sugiere que
la última fase se realice en Atenas, dado que es donde las dos empresas se
originaron hace un siglo. Quiere que sea un regreso triunfal al país del cual
su familia se marchó cuando él era joven, y que Atenas sea el origen y real y
simbólico de la más poderosa fusión en la historia del transporte en Grecia.
El silencio
contribuyó a la tensa atmósfera que se creó entre ellos.
–Bien. Y
asumo que tienes todo en orden para viajar a Atenas durante tres semanas...
Miley
parpadeó atónita: no se había ni planteado que asistiría a una operación
comercial tan prestigiosa. Se burló de su falta de previsión: por supuesto que
debía ir, nadie más que ella tenía acceso a toda la información vital y
secreta, tan secreta que había tenido que firmar una cláusula de
confidencialidad en su contrato por la que se comprometía a no difundir ninguna
información a nadie. Si lo hiciera, se vería despedida al momento y vedada en
numerosos círculos.
Comenzó a
captar la envergadura de aquella fusión y la importancia del hombre que tenía
delante. Y se dio cuenta, mortificada, de que gran parte de su distracción
tenía que ver con estar trabajando para alguien que le había llegado tan hondo
que ella tenía que dedicar una cantidad ingente de tiempo a negárselo a sí
misma. Como estaba haciendo en aquel preciso momento.
Intentó
convencerse de que sólo estaba reaccionando al innegable carisma de aquel
hombre, igual que le sucedía a mucha gente. Con eso en mente, agarró unos
papeles que debía archivar y se puso en pie apretándoselos contra el pecho. Era
un intento obvio de poner algo de distancia entre ellos. Nick se irguió y la
observó detenidamente. La traicionera pasión volvió a invadirla pero, una vez
que ella sabía de dónde provenía, podía actuar sobre su reacción. Elevó la
barbilla.
– ¿Algo más?
Él sacudió la
cabeza lentamente y esbozó una leve sonrisa. Miley temió desmayarse.
–No, eso es
todo por ahora –dijo él encaminándose a su despacho y girándose de pronto–. Y
no te olvides del compromiso que tenemos esta noche. Estate preparada para
salir a las seis y media. Yo me arreglaré en mi despacho. Tú puedes usar el
vestuario.
Y tras decir
eso, se metió en su despacho y cerró la puerta tras él.
Miley estuvo
a punto de caerse redonda. Había olvidado la recepción de aquella noche. Se
reprendió a sí misma al tiempo que se desplomaba sobre su silla. ¿Qué diablos
le ocurría? Se olvidaba de la recepción, no preveía que tendría que viajar a
Atenas... Estaba distraída. Y en aquel puesto no podía permitirse ese lujo.
¿Cómo se le
había olvidado el seco anuncio de unos días antes? Sabía que tendría que
acompañar a su jefe a algún acto social, pero no que sería tan pronto. Después
de todo, él había tenido bastantes citas después de la honorable Samantha Barks.
Aunque tras cada una de ellas se había mostrado taciturno y más irritable que
nunca. Secamente, le había encargado que enviara a cada una un carísimo ramo de
flores. Al parecer, ninguna se había merecido una joya.
oooww muy liindo el capiii siiis
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