viernes, 28 de octubre de 2011

"The Wild Walk" Cap 25




Ella se encogió de hombros.
—Supongo que sí.
Nick la llevó a la tienda de campaña. Miley entró sin decir una palabra y se echó de costado. Dándole la espalda, por supuesto. Nick acomodó la manta sobre ella, luego se acostó boca arriba, observando la lona oscura del techo de su tienda de campaña.
El ruido de la banda aumentó, los sonidos de la muchedumbre aún eran más fuertes. Seguirían así toda la noche, algunos por lo menos.
—Puedes ir con ellos, ¿sabes?
Nick volvió la cabeza hacia Miley.
—¿Eh?
—Puedes salir y divertirte con tus amigos. Estoy bien aquí.
Él se puso de costado.
—No quiero estar allí.
—Confía en mí. Tampoco quieres estar aquí.
— Miley, me conoces hace mucho. Sabes que hago lo que quiero, cuando quiero.     —Le tocó el extremo de un rizo de su cola de caballo. El cual era como la seda—. Si quisiera estar allí, estaría.
Ella de repente se quedó quieta. Pero él sabía que no dormía.
—Sólo déjame ir, Nick. No puedo quedarme aquí contigo. No te entregaré a la policía. Sabes eso.
Nick lo sabía.
—No puedo.
Miley giró hasta estar frente a él.
—¿Por qué?
Él iba a responder, pero joder, ¿qué podría decirle que no le hubiera dicho ya? O hubiera callado. Era la misma conversación una y otra vez. La conversación que no podían tener. Realmente odiaba eso. Pero nadie podía saber sobre los Moteros Salvajes.
—Hay cosas que no puedo decirte.
—¿Serás capaz algún día de decírmelo?
Él esperó que ella pudiera leer su cara en la semioscuridad.
—¿Francamente? Espero poder. Algún día. —Pero incluso mientras decía las palabras, sabía que le estaba mintiendo. Y eso le hizo daño, como un dolor físico al saber que no podría. Todo esto era una mierda. Algo tendría que cambiar.
Miley se sentó plegando las rodillas contra su pecho y rodeándolas con los brazos. La luz de la luna iluminaba la tienda lo suficiente para poder observar lo que no quería ver. La frustración la carcomía, la sensación de sentirse encerrada e incapaz de respirar. Conocía a Nick tan bien que podía leer la mentira en sus labios. Nunca le diría la verdad. ¿Cómo podía preocuparse por él, hacerle el amor, cuando no tenía idea de lo qué haría con el virus mortal? ¿Cómo podía reconciliar sus sentimientos, esta atracción que sentía hacia él, con la posibilidad de que pudiera soltar un desastre de proporciones épicas en el mundo? Le dirigió una mirada sobre su hombro.
—Ese virus puede matar a millones de personas.
—Lo sé.
—También a niños.
—Sí.
Ella parpadeó para retener las lágrimas otra vez y apartó la mirada. ¿Cómo se había visto involucrada en esto?
Lugar equivocado, momento inoportuno. Hombre incorrecto. ¿Pero y si ella hubiera llamado a la policía y hubieran recuperado la reliquia? ¿Qué hubiera pasado? ¿En qué manos habría caído el virus? Sin duda estaba en marcha un complot para trasladar la reliquia de ciudad a ciudad. No se necesitaba ser un genio para comprender esa parte. ¿Pero quién lo hacía y por qué? ¿Con qué objetivo? ¿Y por qué Nick no podía ver que ellos dos podrían tener mejores resultados si trabajaban juntos que separados? Los hombres a veces eran tan estúpidos. Bien. Si no la dejaba entrar, si no divulgaba la información, ella simplemente lo deduciría sola.
— Miley.
Nick se había movido detrás de ella, apartándole el cabello a un lado, así su aliento bañaría su cuello. Ella tembló e intentó alejarse, pero él la sostuvo firmemente de los hombros. Odiaba que Nick pudiera cabrearla tanto y que aún él pudiera afectarla físicamente. La hacía sentirse débil y nadie jamás la había hecho sentirse así.
— Miley, puedo ser muchas cosas, puedo haber cometido muchos errores en mi pasado, pero nunca podría hacer daño a millones de personas inocentes y menos aún a niños. Sabes eso de mí.
Lo sabía. Miley lo había visto enojado cuando era más joven. Violentamente enojado y frustrado, tan ardiente por la furia que ella sentía la tensión en él sin siquiera tocarlo. Pero él nunca había repartido golpes a diestro y siniestro, nunca había hecho daño deliberadamente a nadie. Siempre había mantenido su cólera bajo control.
—Sé que no podrías. —Tenía que decirle eso, tuvo que decirle que no creía que él pudiera entregar ese virus a alguien que haría daño a niños y destruiría familias. Sólo es que todo esto era tan malditamente frustrante. Deseaba saber, tenía que saber lo que Nick haría con eso.
Pero no podía obligarlo a que se lo dijera. Nick le besó la nuca y sus murmullos contra su piel le enviaron escalofríos de perverso placer por su columna.
—Sé que confiar en mí es algo enorme para ti. Sé que hay cosas que deseas que te revele. Créeme cuando te digo que hay muchas cosas que quiero sepas sobre mí. Donde he estado los diez últimos años y lo que he hecho con mi vida. —Él la giró de tal forma que Miley medio lo encaró, el deseo y la seriedad intentaban mezclarse en el rostro de Nick iluminado por la luna—. Cuando llegue el momento en que pueda revelártelo, prometo decírtelo todo. Quiero que lo sepas.
También, había cosas que Miley deseaba que él supiera sobre ella. Al menos su opinión sobre algunas cosas.
—No pararé hasta saberlo.
Los labios de Nick se curvaron.
—Lo sé.
—Y continuaré con mis intentos de quitarte el virus.
—No espero menos que tu mejor intento.
Miley curvó los labios. Él se agachó y otra vez le besó la nuca, disolviendo el último rastro de cólera y frustración. Ella necesitaba relajarse. Nada se solucionaría esta noche. Aún estaba con él y no parecía que Nick tuviera prisa alguna por deshacerse de ella, lo que significaba que todavía poseía el virus. Porque Miley sabía malditamente bien que tan pronto como entregara el vial, la dejaría marchar. Ya que Nick la retenía, ella no se opondría. No era ninguna tonta.
Eso estaba bien sólo por el momento. Mientras tanto, trabajaría en sus propias teorías. Sola.
Más tarde, analizaría el misterio de Nick Jonas.
Ahora mismo, había otros misterios mucho más físicos que desvelar. Los vínculos eran para mantenerlo cerca, porque mantenerlo cerca era el objetivo, ¿verdad? Apartarlo era infructuoso. No cuando ella tenía que conseguir el virus. Debía mantener su confusión emocional a raya, debía recordar cuál era su fin para permanecer allí.
Cuando Nick se movió y le besó la mandíbula y luego los labios, Miley no puso objeción, sólo abrió los labios y le dejó explorar.
Ella suspiró en su boca y se unió a él, agradecida por dejar que la tensión se derritiera bajo sus labios expertos. Él le mordisqueó suavemente la comisura de la boca, luego deslizó la lengua a lo largo de su labio inferior, para después hundirla profundamente en su boca acoplándose a la de ella, encendiendo un fuego en el interior de su vientre que la hizo gemir.
—Ah me gusta cuando haces ese sonido —dijo él—. Me vuelve loco.
—¿A sí, eh?
—Sí. Como a ti te gusta.
Ella se rió y avanzó lentamente sobre su regazo, mirándolo. Miley envolvió las piernas alrededor de él, atrayéndolo más cerca al calor de su cuerpo.
—¿Tienes frío? —Preguntó él.
—Sí. Caliéntame.
—Tendré que desnudarte para hacerlo.
Miley se inclinó hacia atrás apoyándose en sus manos, empujando sus pechos.
—Hazlo.
—No será fácil desde tu posición. Tendré que soltarte y zarandearte un poco.
—Bueno. La lucha libre me calentará.
—No si cooperas.
—¿Quién dice que voy a cooperar?
Incluso en la oscuridad ella captó el destello oscuro en sus ojos. Su coño tembló ante la idea de luchar con él, de pelear por el dominio, por el control. En esta diminuta tienda de campaña sería difícil, lo que hacía que fuera más incitante.
Físicamente, por supuesto, él era más fuerte, pero ella tenía unos movimientos de su propia cosecha.
Permanecieron durante unos segundos totalmente quietos, ninguno se movió un solo centímetro. Cuando Nick saltó, ella estaba lista, usando las piernas para apuntalarse a sí misma y empujarlo. Él la agarró de las manos pero Miley se liberó de su agarre e hizo lo mejor que pudo para permanecer detrás de él, siendo consciente de que si él atrapaba sus muñecas sería mujer muerta. Miley apretó los muslos, sabiendo que eran su rasgo más fuerte y los envolvió alrededor del torso de Nick, tumbándolo en el suelo como si todo esto fuera un auténtico encuentro de lucha libre.
Él cayó con un fuerte ooh de sorpresa.
Miley sonrió y brincó sobre la espalda masculina, pero sabía que su ataque duraría solo pocos segundos. Nick se deshizo de ella e inmediatamente se le echó encima. Miley rodó para alejarse, contrajo las rodillas hasta el pecho y luego lo pateó, manteniéndolo lejos de sus brazos. Nick se tensó y ella disfrutó de la vista de sus músculos cuando él se impulsó para alcanzarla.
Su fuerza la dominó aunque Miley sabía que Nick se contenía así que no le haría daño. Él la soltó, la hizo rodar a su lado, luego la agarró de la cintura, alzándola del suelo de la tienda y haciéndola rodar con él hasta que ella estuvo sobre su vientre. Nick le alzó de un tirón los brazos, atrapándole las muñecas con las manos.
—Te tengo.
Nick jadeó contra su cuello, su aliento se sentía caliente.
Y esto hizo que Miley se sintiera aún más caliente al saber que su pene estaba duro contra sus nalgas. Este jueguito lo había puesto terriblemente cachondo, al igual que a ella. Miley alzó las caderas y aplastó su culo contra la roca sólida que la aplastaba.
—Provocadora —susurró él, levantándose para luego agacharse más y atormentarla con su polla.
—Gilipollas.
—Sí, una caliente y muy dura. ¿La deseas?
Miley se mordió el labio inferior, sus bragas rebosaban con su humedad. Ella se levantó contra él.
—Hazlo. Apresúrate.
Le rodeó la cintura con los brazos, la arrastró hasta ponerla de rodillas y se agachó para desabrocharle los vaqueros. Se quedó quieta mientras se los bajaba de un tirón por las caderas y piernas, dejándolos en sus rodillas. Oyó el sonido de la cremallera de Nick al abrirse, luego sintió el roce de sus muslos contra los suyos y a su polla haciendo contacto con su coño.
La asió por la coleta, tirando ligeramente de esta.
—Pídemelo.
Miley sonrió ufana, rechazando hablar. Oh, lo deseaba dentro de ella de formas tan perversas.
Nick frotó la punta suave de su pene contra el clítoris y ella cerró los ojos contra las chispas de placer intenso al imaginar ya la sensación de este en su interior.
—¿Qué es lo que deseas, Miley?


4 comentarios:

  1. wow esta nove cada vez me gusta mas , seguila! me muero por leer el siguiente capi, besos
    P/D: me encanta la foto que pusiste de miley en los grammy
    atte:agus

    ResponderEliminar
  2. por queee la dejas ahiii xddd sube pronto por favor! :D :D :D esta genial el capitulo! cdt mucho

    ResponderEliminar
  3. noooo porque la dejaste ahí????? me muero de la curiosidad..... por fa no tardes con el siguiente...... :(

    ResponderEliminar
  4. aaaaaaaaaawwwwwwwwww me super fasino tenes q subir otra y ya q necesito urgentemente saber no la dejes ahi porfavor!!!!!!!!!!!!malena

    ResponderEliminar

SI TE GUSTO MI CAPI ME DEJAS UN LINDO COMENTARIO!!! GRACIAS... BESITOS♥♥ VUELVE PRONTITO!!!♥