lunes, 17 de octubre de 2011

"Schmale Plätze" Cap 16




¿Acaso eso quería decir que también se convertiría en pantera? Miley espió por la puerta corrediza de vidrio. Había luna llena. Tendría que preguntarse y preocuparse durante todo un mes antes de saber a ciencia cierta si le saldrían colmillos y pelo en la piel. Genial.
Y pensaba que esperar un par de días más hasta que le llegara el período menstrual era perturbador para sus nervios.
Por Dios. Cuando se equivocaba, lo hacía en grande. No, no podía haber tenido sexo en un elevador con algún con un bombón común y corriente con el que pudiera reírse después. Cuando Miley Cyrus se equivocaba lo hacía con todas sus energías. Tuvo sexo varias veces con el Gerente General de una compañía de las 500 más importantes de EE.UU., que resultó ser un maldito hombre felino.
¿Dónde estaba esa botella de vino?
Mientras se desplomaba sobre el sofá, resistió la tentación de emborracharse apoteósicamente. No resolvería nada y la resaca del vino sería atroz.
Como si la mañana siguiente ya no fuera a ser lo suficientemente mala.
Tendría que enfrentar a todas esas personas que la habían chocado en el elevador cuando ella estaba vestida con su bombacha al aire, cada vez que saliera de su departamento. Había estado allí, sólo vestida con la camisa de Nick y con una maldita pantera en el elevador.
Tal vez, simplemente podría ocultarse bajo las cobijas hasta que se venciera su contrato de alquiler y, luego, mudarse en la oscuridad de la noche.
Con un pesado suspiro, se levantó de la comodidad del sofá y caminó hasta la cocina para buscar una botella de agua. Cuando pasó el vestíbulo, la pila de ropas que había dejado caer al entrar le llamó la atención.
Su blusa y pollera mojadas dejaban un charco en los mosaicos y empapaba la chaqueta y los pantalones de Nick. Su camisa estaba en el baño, en el lugar en el que ella la había dejado al entrar a la ducha.
La curiosidad la hizo volver a levantar la chaqueta. Miley inhaló la esencia de Nick profundamente y una chispa de deseo involuntario se disparó por su cuerpo. Podría ser un enorme felino pero, como hombre, sí que sabía recorrer el cuerpo de una mujer. Sus senos sintieron un hormigueo al recordar, pero ella hizo los sentimientos a un lado.
Mientras buscaba en el bolsillo, encontró su billetera y un juego de llaves de su departamento. En algún momento Nick las iba a necesitar, ¿o no? Lo que quería decir que ella tendría que volver a verlo, después de todo. Un fugaz esbozo de esperanza destelló.
¡Espera un momento, hermana! ¿Acaso ella quería volver a verlo? Es decir, ¿qué ocurriría si la había convertido en pantera? ¿Eso era bueno? Miley no podía exactamente faltar al trabajo tres días al mes debido a la luna llena.
De alguna manera, ella creyó que a los clientes del Grove tampoco les agradaría tener una pantera entre ellos. ¿Acaso había alguna manera de controlar la transformación? ¿Cómo sabría si había cambiado a ciencia cierta? ¿Y qué fue todo eso de que él quería salir con ella durante meses?
Miley tenía muchas preguntas para hacerle al Sr. Jonas.
Ahora, ella simplemente necesitaba esperar hasta que apareciera.
Miley se despertó con la brillante luz del sol resplandeciendo en sus ojos y un sabor amargo en la boca. No tendría que haberse tomado esa segunda copa de vino. La cabeza le latía y los músculos que habían estado dormidos durante más tiempo del que ella quería recordar se sentían doloridos y estirados.
Por un adorable momento, no recordó nada de la procedencia de esos dolores. Luego, la realidad la arrasó. De alguna manera, sin darse cuenta, Miley había agarrado la camisa de Nick y la había llevado a la cama con ella.
La esencia de Jonas persistía en la costosa tela y se mezclaba con la suya propia. La combinación de fragancias le hizo saltar el corazón en el pecho y un hormigueo se esparció hacia abajo hasta su concha. ¿Cómo podía estar tan enojada con él y, aun así, desearlo?
Con un gemido y un insulto, salió de la cama y se tambaleó hasta la cocina para hacerse un café. De ninguna manera podía pensar tan filosóficamente sin cafeína en su sistema. Mientras la embriagadora infusión goteaba y burbujeaba en la cafetera, Miley se limpió los dientes. El área alrededor de la mordida en su hombro era sólo algo sensible al tacto.
El orgasmo que había logrado cuando él la mordió valía más que cualquier dolor menor que pudiera sentir. Las rodillas de Miley se sacudieron cuando la lujuria le arrasó el cuerpo. Suficiente de su enojo. Si Nick ingresaba por la puerta principal de su departamento en este preciso momento, era lo único que ella podría hacer para no saltarle encima.
Como si sus pensamientos lo hubieran llamado, sonó un suave golpe en la puerta. Ella cruzó el vestíbulo lentamente e intentó recobrar la compostura antes de responder la puerta. Sin siquiera mirar por la mirilla, supo que tenía que ser Nick. Después de todo, ella tenía las llaves de su casa y su billetera.
Con las rodillas temblorosas y respirando aun más entrecortadamente, abrió la puerta. Nick se encontraba apoyado informalmente contra el marco de la puerta y se veía tan condenadamente bien para haberse convertido en pantera la noche anterior.

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