Una pequeña sonrisa le cruzó por el rostro a Miley y sus hombros perdieron algo de tensión. “Está bien. Es que simplemente… no sé. No quiero que se lleve una impresión equivocada de mí”.
“No lo haré. Puedo ver que es una joven y respetable dama. Simplemente oculta su corazón de tigre detrás de blusas ceñidas y abotonadas. No se preocupe, su secreto está a salvo conmigo”. Un ímpetu de posesión se disparó por el cuerpo de Nick al pensar en que ella ocultaba ese costado altamente sexual de todos menos de él. Los músculos de Nick comenzaron a transformarse a medida que la cadena de su bestia interior se deslizaba algo más.
¡Maldición!
Nick no tenía derecho a sentirse posesivo para con esta mujer. Y esos pensamientos le ocasionarían problemas mayores.
“Bueno, no soy la delicada mujer sureña que siempre quiso mamá, pero tampoco soy una puta”, se rió ella.
“Creía haber detectado cierto dejo sureño en sus palabras. Con un nombre como Miley, sólo podría haber nacido en Georgia”.
“Sip, ésa soy yo. GRITS hasta la médula. Niña Criada En El Sur. Me hicieron una fiesta de despedida, fui a bailes de cotillón y puedo tomar ponche rojo sin derramar nada en mi vestido o guantes blancos”.
“Impresionante. Entonces, ¿qué hace una sureña delicada como usted en la gran y malvada ciudad?”. Él se acercó lentamente a ella, no podía ni deseaba detenerse. Además, a ella le vendría bien algo de su calor corporal.
Seguro.
“Oh, lo de siempre. Quería salir del ruedo de la pollera de mamá; por eso fui a la universidad en Nueva York. Me gradué y decidí quedarme. Ahora, si sólo pudiera conseguir un trabajo aquí”.
“Debe trabajar de algo. No puede vivir en este edificio sin hacerlo”.
La risa de Miley lo acarició como si fueran manos invisibles. Fue una caricia exquisita y dulce como la miel. La verga de Nick se sobresaltó de atención.
“Subarriendo uno de los departamentos más diminutos del edificio de un amigo de mi padre. Es su modo de mantenerme controlada. Probablemente, yo pago la mitad de lo que cualquier otra persona del edificio. Pero sí, tengo un trabajo. Si se lo puede llamar así. Soy gerente del Oak Grove”.
“¿El Grove? Es bastante prestigioso. Mi nombre permaneció en la lista de espera durante meses para poder conseguir reservaciones para una cena con fiesta. Por un demonio, hasta el mismísimo presidente de los Estados Unidos tuvo que esperar para conseguir una reservación”.
Miley resopló. “Sí, es un lugar bastante exclusivo. Pero, a la hora de la verdad, no es muy diferente a trabajar en la cafetería de mi pueblo. Los mismos problemas, pero con otro ambiente”.
“Estoy seguro de que al Chef Armond le habría encantado saber que compara su dinastía con una cafetería grasa”, se rió Nick.
“¿Está bromeando? Le contaré un pequeño secreto. Conseguí el trabajo porque solía trabajar con Armond en mi pequeña cafetería grasa en la tierra de nadie de Georgia. Sólo que le decíamos Arnold”.
“¡Mentira! Armond es famoso en todo el mundo. ¡Se capacitó en Francia! La Reina de Inglaterra enloquece por su comida”.
“Sí, lo sé. Entre usted y yo, Armond ascendió en su profesión hasta tener su escuela de cocina sirviendo comida. Es un genio, no me malinterprete; sabe lo que hace en la cocina, pero ese acento francés es tan falso como el cuero de mi cartera. ¿Dónde quedó a todo esto?”, preguntó ella distraídamente.
“A un pie a su izquierda”, respondió Nick sin pensarlo.
“¿Cómo demonios lo supo?”. Miley agarró la cartera y giró en dirección a él.
“Tengo una excelente visión nocturna. Como muchas zanahorias”. ¡Mierda! Se había relajado tanto que se había olvidado de simular que no veía nada, tal como ella.
“Tendría que ser un maldito conejo para verla tan claramente. Yo puedo discernir su forma, pero no puedo ver los detalles”. Miley jaló la camisa más cerca alrededor de su cuerpo.
“Sólo puedo ver algo mejor que usted. Yo, esteee, me choqué con la cartera cuando me levantaba”.
“Oh”. Ella se relajó ligeramente.
“Entonces, Armond se llama realmente Arnold y viene del páramo de Georgia”.
Miley lo miró algo nerviosa. “Por favor, no diga nada. Él me consiguió el trabajo y es un buen hombre. Sólo se hace el importante porque es lo que la gente espera de él. Y realmente es un buen chef. Se ha ganado todo el éxito que consiguió”.
“No se preocupe, lo que ocurra en el elevador no sale de aquí”. Dios, esperaba que así fuera.
“Creo que eso también le resulta beneficioso a usted”.
“¿Oh?”. ¡Mierda! ¿Acaso ella se había dado cuenta de su secreto?
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Bueno chicas lindas aquí termina la mini maratón.. espero y les guste un beshitoo!!!
aww neniix me encaantaroon el o los capiis genealllees esperoo pronto el siguientee amore mioo te ama tu ositha un besothe grandee y te extrañoo
ResponderEliminarme encanto el mini maraton estuvo super!!! me encantaron como siempre , porfa! seguila cuando puedas porque sino me desespero, besos
ResponderEliminaratte:agus