martes, 25 de octubre de 2011

"Three weeks in Athena" Cap 38




Pero él la ignoró y fue metiendo cosas en la caja. Miley necesitaba romper el silencio.
–Creía que no regresarías hasta el fin de semana.
¿Habría estado él cortejando a otra mujer en Nueva York?, se preguntó presa de los celos. El aroma de él la envolvía en lujuria.
–Terminé todo con rapidez. Quería regresar –comentó él impasible.
Miley se apresuró. Tan sólo quería marcharse de allí cuanto antes.
–Creo que te gustará Gemma, tu nueva asistente. Era con diferencia la persona más cualificada.
–¿No te dije que no me gusta que te recojas el pelo?
Miley lo miró asombrada. Él estaba casi flirteando. Y sus ojos tenían un brillo como cuando... De nuevo maldijo su cerebro calenturiento.
–Eso ya no es relevante –dijo agarrando la caja llena y colocándosela como escudo–. Será mejor que me vaya...
–Todavía no has encontrado otro empleo, ¿verdad?
Miley lo miró. ¿Cuándo terminaría aquella tortura? Se sintió tentada a decirle que sí aunque le avergonzara que no fuera cierto. Ninguna de las empresas a las que había acudido le habían hecho caso. No lo entendía. Sacudió la cabeza.
–Aún no –dijo y elevó la barbilla–. Pero estoy segura de que lo encontraré, antes o después.
Vio que él se apoyaba en el borde del escritorio y recordó una vez en su despacho de Atenas cuando él la había sentado allí, le había entreabierto las piernas y... Casi se le cayó la caja de nuevo.
–Tengo que irme. Debo visitar a mi madre.
–¿Cómo está?
Miley quiso gritar. ¿Qué era aquello, un interrogatorio?
–Está bien... tanto como puede estarlo.
– Miley, quiero ofrecerte otro empleo en la empresa. No tendrás que trabajar conmigo, puedes regresar al equipo legal. Ha quedado un puesto libre.
Ella sacudió la cabeza enérgicamente, presa del pánico ante la idea de no poder escapar de la devastadora órbita de aquel hombre.
–No, gracias. Prefiero buscar empleo en otro lugar.
Él se quedó en silencio un largo momento.
–Tal vez te resulte más difícil de lo que te imaginas.
De pronto ella lo comprendió. Recordó la multitud de empleos que había solicitado.
–¿Has impedido que me concedieran algún empleo?
Nick apretó la mandíbula. No hizo falta que dijera nada.
–He cambiado de opinión. Quiero que te quedes en Jonas Enterprise.
Lo había sabido desde el día en que la había visto marcharse en su coche.
–Quiero salir contigo de nuevo, pero no sucederá si eres mi asistente. No sería justo para ti. De esta manera, será mucho más aceptable.
Conmoción, horror, pasión... una mezcla de sensaciones invadieron a Miley con tal fuerza que casi se desmayó.
–Lo siento, pero no estoy disponible para el puesto de amante de conveniencia.
Él se puso en pie, alto, orgulloso y más implacable que nunca. Tenía las mejillas encendidas.
–No tiene por qué ser así, Miley. Te estoy pidiendo que seas mi novia. Estábamos bien juntos. No puedo dejar de pensar en ti...
Ella cambió la caja de posición. Empezaban a dolerle los brazos. Pero cuando él hizo ademán de agarrarla, se lo impidió. Aquel momento era muy importante para ella, cómo se comportaba. Porque si sucumbía al ansia de su cuerpo estaría sentenciada, igual que su madre. No habría aprendido nada. Aquel hombre le rompería el corazón.
Sintió una profunda tristeza por haberse enamorado de alguien que nunca la amaría como ella deseaba, con la plenitud que ella nunca había conocido de pequeña.
–No quiero eso, Nick. Valgo más que para una sórdida aventura de oficina y, por más que intentes disfrazarlo, eso es todo lo que sería.
–Hay otra opción. No tienes que trabajar aquí. Podría ser mucho más fácil. Yo podría enseñarte lo mejor del mundo, ocuparme de ti y de tu madre...
Miley sintió la ira crecer. Sacudió la cabeza.
–No pienso aceptarlo. Crecí con eso y es algo que detesto. Puedo cuidar de mí y de mi madre. No necesitamos a ningún hombre.
Él apretó los puños y dijo en tono seco:
–Bien, pues buena suerte en tu búsqueda de empleo. Estaré esperando tu llamada cuando no encuentres ninguno. Te he marcado como exclusiva de esta empresa, nadie se atreverá a tocarte.
A Miley se le llenaron los ojos de lágrimas pensando en su madre.
–¿Por qué insistes en hacer esto?
–Ya te lo he dicho, te deseo. Lo nuestro no ha terminado. Espero verte en el despacho de Theo el lunes por la mañana. Sé que no puedes moverte de Londres sin poner en peligro el tratamiento de tu madre.
Miley le odiaba y al mismo tiempo no podía odiarle.
–No voy a dejarme manipular así y no voy a volver a acostarme contigo. Tendrías que llevarme a rastras como el neandertal que te estás comportando ahora.
Le vio ruborizarse, pero también un brillo triunfal en sus ojos. Él creía que la tenía controlada, pero ella le demostraría que no. Se giró y salió de la habitación a grandes zancadas. Reparó en que no volvería a verle, al menos en persona, y le invadió tal dolor que casi se desmayó. Pero las palabras de él la hicieron continuar.
–Te veré el lunes por la mañana, Miley.
EL Lunes por la mañana, Nick ignoró los murmullos de sorpresa de sus empleados al verle pasearse entre ellos, cosa que nunca hacía. La sangre le quemaba de expectación, y todo porque en un instante vería a Miley. Haberla visto el otro día tras una semana de ausencia le había demostrado que incluso un día sin verla era demasiado tiempo. Se prometió que no volvería a suceder.
Ya no podía negar el hecho de que ella le volvía loco. Por primera vez en su vida se sentía fuera de control. Desde que la había visto no podía dejar de pensar en que la deseaba, la necesitaba y cualquier cosa era mejor que perderla...
Llegó a los despachos del equipo legal y se detuvo en seco al ver vacía la silla donde debía estar Miley. Sintió un tremendo vacío en el pecho.
Justo entonces, Theo salió de su despacho.
–¿Nick, qué ocurre?
–¿Dónde está Miley Cyrus? –preguntó apretando los dientes.
–Creí que lo sabías –respondió Theo confuso–. Llamó esta mañana y dijo que no aceptaba el puesto, que quería tomarse un descanso. No te negaré que me alegré mucho cuando me dijiste que iba a volver a trabajar con nosotros, pero ahora...
Nick no escuchó nada más. Regresó a su despacho, pasó junto a su nueva asistente y cerró de un portazo.
Estaba temblando como una hoja. Con un rugido, fue al minibar y se sirvió una copa que vació de un trago. Por primera vez en su vida no sabía qué hacer. Se sentó pesadamente en su silla con la vista perdida.
Ella se había ido. No lo había dicho en broma. No se había arredrado ante sus amenazas de que no encontraría otro empleo. Sólo de recordar hasta qué extremos había llegado para no perderla, sintió náuseas.



5 comentarios:

  1. hermoso ! sube más si y que Nick trate de convencerla para que se quede con el , que la quiere no sée ! ahh !
    sube prontto, cdtm
    byeee :)

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  2. OH X DIOS :'| MUJEEEEEEEEEEEERRRRRRRRRRRRRR!!!!!!!!!! SUBE OTRO! POR FAVOR! TE LO PIDO! ES QUE NO LA PUEDES DEJAR AHÍ! -sé que dije lo mismo en el cap. anterior pero igual!-. Es que DÓNDE DIABLOS ESTÁ MILEY?! & juro que cuando Nick le pidió que fuera su novia sonreí como tonta & los ojos se me humedecieron :') pero ella le dijo que no ¬¬ maldita sea D: POR FAVOR SUBE OTRO! :'| Moriré D: me dejas con las ansias D:

    QUE LE DIGA QUE LA AMA! YAAAAAAAAAAAAAAA!!!!!!!!!!!!!!!! :| xfa :3 <3 que se le declare :P :')

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  3. geniaaaal!!! D: que pasara!!! D: sube pronto por favor!!! no tarde en subir capitulo :'c cdt! sube pronto!

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  4. SEGUILAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!!!!!!!!!!!!!!!!! me voy a morir ASI! ( y esta vez no lo digo lateralmente :/ ) porfa! subi el proximo cuando puedas, besos
    atte:agus

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  5. Holis ;)
    Te sigo! me encanto tu blog :D
    Besos♥

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