Con cuidado de no despertar a Nick, se levantó de la cama. Se puso una
bata que había sobre el suelo y salió del dormitorio. Fue a buscar su teléfono
y lo encontró donde lo había dejado aquella tarde, sobre el mostrador de la
cocina.
Lo agarró y se dirigió al salón. Se acurrucó en un sillón y se recogió
los pies debajo de la bata. Entonces, marcó el número de Katy.
—Hola, soy yo —dijo.
—Miley, ¿qué hora es allí?
—Es tarde. O tal vez temprano. No estoy segura.
— ¿Va todo bien?
—Sí… sólo quería darte las gracias. A principios de semana no me mostré
muy amable contigo y quería que supieras que agradezco mucho todo lo que haces
por mí.
—Ahora sí que sé que ocurre algo —dijo Katy.
—No, no. Todo va bien. Por una vez, tus planes han funcionado. Él es
maravilloso. Es todo lo que he deseado siempre en un hombre.
—Entonces, ¿por qué pareces tan triste?
—Yo… supongo que no estoy preparada para enfrentarme a la realidad de
una relación. Me gustaban más las fantasías. En ellas no ocurre nunca nada
malo.
—Miley, el que las cosas se pongan difíciles no significa que todo vaya
a desmoronarse. Simplemente tienes que esforzarte un poco más.
— ¿Como lo hicieron mis padres?
—Deja que te diga algo sobre tus padres. Desde el principio, no fueron
la pareja perfecta. Yo adoraba a tu madre y ella era mi mejor amiga, la primera
persona que conocí cuando me mudé a Los Ángeles. Le dije que no se casara con
tu padre, pero ella era muy testaruda y estaba segura de que podría conseguir
que él sentara la cabeza. No fue todo malo, Miley.
—Tú has olvidado. Yo lo viví todo.
—Ese matrimonio tuvo una cosa muy buena. Te tuvieron a ti. Por lo tanto,
no podemos decir que su unión fuera un fracaso absoluto.
— ¿Estuvieron alguna vez enamorados?
—Por supuesto, pero tu madre era joven y muy idealista. Tu padre estaba
acostumbrado a tener a todas las mujeres que quería. Tú no tienes que cometer
los mismos errores. Aquélla fue su vida. Tú necesitas vivir la tuya propia.
— ¿Cuándo vas a venir aquí?
—Dentro de unos pocos días.
— ¿Podrías venir pronto? Esta misma noche. Yo podría recogerte en el
aeropuerto. Aquí todo está listo. Me gustaría pasar unos días contigo antes de
empezar con la promoción de mi libro.
—Yo podría ayudarte a prepararte para tu aparición en televisión.
—Te lo agradecería mucho. Bueno, ahora te dejo. Llámame y dime cuál es
tu número de vuelo.
—Dile lo que sientes, Miley. No dejes que se marche sin saberlo.
—Yo no sé lo que siento.
—Claro que lo sabes. Simplemente tienes miedo a admitirlo.
Se produjo una pausa entre ellas.
—Te quiero mucho, Katy. Creo que nunca te he dicho lo agradecida que te
estoy por todo lo que has hecho por mí a lo largo de los años. Tú eres la madre
que yo debería haber tenido.
—Yo también te quiero, Miley. Que duermas bien…
Cuando colgó el teléfono, Miley cerró los ojos y echó la cabeza hacia
atrás. Entonces, las lágrimas comenzaron a correrle por las mejillas. Se las
secó rápidamente para tratar de controlar sus sentimientos. Al final, decidió
que era mejor dejarse llevar por el llanto. Llorar por todo lo que le había
hecho daño a lo largo de los años. Cuando terminó, se sintió completamente
agotada.
Se volvió a meter de nuevo en la cama con Nick. Pensó que podría dormir
un poco más, pero, al verlo, le acarició el hermoso rostro con una mano y lo
besó. Él se despertó lentamente. De inmediato, se percató de que ella estaba
completamente desnuda a su lado.
Le deslizó la mano por la cintura y la estrechó contra su cuerpo. Sin
mediar palabra, le devolvió el beso. Miley cerró los ojos y se dejó flotar en
la oleada de deseo que la envolvía. Las manos de Nick exploraron su cuerpo y la
boca comenzó a estimular lugares que sólo él conocía.
—Hazme el amor —murmuró ella—. Hazme el amor…
Cuando Nick la penetró, Miley se sintió plena. Su vida estaba al lado de
aquel hombre. ¿Sería valiente y se aferraría a la felicidad que había
encontrado o dejaría que su miedo a verse abandonada destruyera toda
posibilidad de una vida junto a Nick?
* * *
Él no necesitó reloj para despertarse. No había logrado conciliar el
sueño desde que Miley lo despertó con sus besos. Le había hecho el amor,
tratando desesperadamente de huir de lo que ambos sabían que les esperaba.
Tenía su equipaje preparado, esperándolo junto a la puerta principal. Su
taxi iba a venir a recogerlo en pocos minutos. Se había pasado la última media
hora tratando de decidir si despertar a Miley para despedirse de ella o dejar
que durmiera. No estaba seguro de lo que debía esperar de ella.
Deseaba que ella llorara y le suplicara que se quedara, que le confesara
los sentimientos que albergaba hacia él. Sabía que si ella reaccionaba así, se
sentiría perdido. Si por el contrario se limitaba a besarlo y decirle adiós, el
dolor sería aún más insoportable.
Desde el principio, los dos habían fingido que lo que compartían era
simplemente un deseo físico, sin sentimientos. Sin embargo, no se podía negar
que él le había tomado a Miley mucho cariño. Más que eso. Aunque no supiera lo
que era el amor, diría que se parecía bastante a lo que él sentía.
Habían pasado seis días juntos. ¿Cómo iba a ser eso tiempo suficiente
para enamorarse? Aunque las películas siempre habían popularizado el amor a
primera vista, Nick no creía que existiera. El amor llevaba tiempo, esfuerzo,
era un sentimiento que había que alimentar.
Al menos, habían hablado del futuro. Se volverían a ver al cabo de tres
semanas. Tal vez después de pasar un tiempo separado de ella, podría manejar
mejor sus sentimientos. Quería estar completamente seguro antes de decir nada.
Le dio un beso en la frente y se levantó de la cama. Comenzó a vestirse.
Las primeras luces de la mañana comenzaron a iluminar la habitación. Miró de
nuevo el reloj, contando mentalmente los minutos que faltaban para marcharse.
Se miró en el espejo que había encima de la cómoda y se peinó el cabello con
los dedos. Cuando encontró los zapatos, supo que por fin estaba listo. Sin
embargo, decidió que le dejaría a Miley una nota, algo que le demostrara que
había estado pensando en ella. Miró a su alrededor para tratar de encontrar un
trozo de papel. Encontró un bloc de notas que había debajo de una revista, al
lado de la cama. Cuando lo tomó, se dio cuenta de que no era un bloc, sino un
manuscrito. Se acercó a la ventana para leer la primera página. Después, hizo
lo mismo con la segunda y la tercera.
Aunque aquel extracto pertenecía a la parte central de un libro, Nick se
sintió cautivado por el estilo. Miley estaba describiendo un sencillo corte de
pelo para un niño en un elegante y moderno salón de belleza de Hollywood. Los
personajes eran profundamente egoístas y el niño que narraba la historia poseía
un malvado ingenio.
Quería llevarse aquellas páginas, pero Miley se había negado a dejarle
leer lo que había escrito. Oponerse a sus deseos sería una traición que Miley no
le perdonaría jamás.
Regresó a la cama para dejar los papeles. Entonces, sacó su teléfono
móvil y marcó el número de Miley. Oyó que el teléfono comenzaba a sonar en
alguna parte de la casa. Cuando saltó el buzón de voz, comenzó a hablar
suavemente.
—Hola —dijo—. Ha llegado el momento de marcharme y estoy aquí, junto a
la cama, mirándote y preguntándome qué diablos estoy haciendo. Quiero volver a
meterme en la cama contigo y quedarme aquí otra semana, pero tengo asuntos de
los que ocuparme, al igual que tú. Por eso, en vez de despertarte, me voy a
marchar ahora mismo. Quiero que sepas que estoy pensando en ti y en lo
afortunado que he sido por haberte conocido en ese avión. Te llamaré muy
pronto. Cuídate, Miley.
aaah malaaa!!! lo dejaste en lo mejor!!!siguela pronto... un beso sis t kieroo muchoo :P
ResponderEliminarOhhh que lindo… Que se vuelvan a ver pronto!! TeeQ sube prontó sabes que me encanta tus noves!!!
ResponderEliminarhay q trist cap pero hermosoooo mañana leo el otro :p algo d prisa hehe sube pronto q alfin confiensen q se aman esq esos 2 aveces me desesperan jajaja -drama- como es noche dscansa bysin
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