—Anoche seduje a mi marido en menos de diez minutos. Él siempre está tan cansado, que conseguir que considere la posibilidad del sexo ya es un logro. Sin embargo, se mostró muy interesado. Durante toda la noche. Y a la mañana siguiente también. Hacía años que no disfrutábamos tanto con el sexo.
Miley se acercó un poco más al grupo.
—Perdone, no quería escuchar lo que estaba diciendo, pero, ¿está usted hablando de Cómo seducir a un hombre en diez minutos? —Así es. ¿Lo ha leído?
—Yo… Sí. Bueno, en realidad lo he escrito.
—¿Es usted Destiny St. Hope?
—Sí. Es un pseudónimo. Mi verdadero nombre es Miley Cyrus.
—Oh, Dios mío. Me ha encantado su libro. Resulta informativo, directo… Yo siempre me sentía algo incómoda ante el hecho de iniciar el sexo, pero ese libro me ha liberado verdaderamente de mis inhibiciones. No sabe cómo ha cambiado mi matrimonio ese libro.
—Me alegro mucho.
—Me llamo Jessica Alba y éstas son mis amigas Camila Belle y Jojo.
Miley estrechó la mano de todas las damas. Se sentía atónita de haber conocido verdaderamente a alguien que había disfrutado con su libro.
—Mucho gusto.
—Tiene que venir a mi club de lectoras —dijo Jessica—. No he hecho más que hablar de ese libro desde que lo leí ayer. He encargado algunas copias para mis amigas. ¿Va a pasar usted el verano en Hampton?
—Sí. Me alojo en casa de Katy Perry.
—Qué bien. Ahora, díganos —observó Jessica—. ¿A cuántos hombres ha seducido usted con sus técnicas?
—Eso no lo puedo revelar—comentó Miley riendo—. Digamos que utilizo mis poderes prudentemente.
— ¿Hay alguien aquí a quien le gustaría seducir? —Le preguntó Camila—. Me encantaría ver cómo lo hace.
Miley se quedó muy sorprendida por aquella petición.
—Bueno, supongo que podría mirar a ver si hay alguien que me interese —susurró. Miró a su alrededor buscando a Nick—. No veo nada. Creo que voy a mirar fuera.
El trío la siguió a una distancia discreta. Las cuatro mujeres salieron a la terraza y allí, Miley vio por fin a Nick, que estaba sentado en un murete. A su lado, Delta, que llevaba un vestido muy ceñido y con un escote que le llegaba prácticamente al ombligo.
—Ahí está —dijo—. Me gusta ése.
—No lo conozco —comentó Jessica—, pero es muy guapo. ¿Lo conocéis, chicas?
—No —respondió Jojo—, pero la que está con él es Delta Groodrem. La odio. Mira qué vestido lleva puesto. Todo el mundo sabe que no lleva ropa interior.
—Adelante —dijo Camila—. Róbeselo a esa mujer. Me encantaría verlo.
Miley sabía que, si conseguía realizar aquel truco de un modo convincente, todas las mujeres de la fiesta conocerían su hazaña antes de que terminara la noche. Al día siguiente, Destiny St. Hope tendría la reputación que ella necesitaba tan desesperadamente.
— ¿Qué es lo que va a hacer primero? —quiso saber Camila.
—Llamar su atención —respondió Miley.
Comenzó a mirar fijamente a Nick. Delta le estaba hablando, pero él no parecía estar prestándole atención. De vez en cuando, ojeaba a los invitados. ¿La estaría buscando?
De repente, sus miradas se cruzaron.
—Ya está —murmuró Miley.
—Sí —susurró Camila—. Ha funcionado.
Lentamente, Nick se apartó de Delta y se dirigió hacia ella. Miley oyó que Delta lo llamaba, pero ella comenzó a andar hacia él. Los dos se encontraron en el centro de la terraza. Ella levantó la mano y se la colocó en el torso.
—Hola —musitó ella—. Creo que no nos conocemos.
—¿No?
—Me llamo Destiny St. Hope.
—Y yo Nick Jonas —dijo él—. Creía que ya no ibas a venir —añadió, susurrándole las palabras al oído.
—Toma mi mano.
—Está bien…
Nick hizo lo que ella le había pedido. Entrelazó los dedos con los de ella y se los llevó a los labios.
—Hay música. ¿Le gustaría bailar, señorita St. Hope?
—Sí. Me encantaría.
Nick se colocó la mano de Miley en el brazo y la condujo a la pista de baile. Ella jamás había bailado con un hombre. Había bailado con muchachos en las fiestas escolares, pero aquello era algo completamente diferente. Los dos comenzaron a moverse suavemente por la pista.
—Me alegro de que hayas venido. Ya creía que no lo ibas a hacer.
—Yo también me alegro de haberlo hecho. Me gusta bailar contigo, Nick.
—No se me da muy bien.
—Eres maravilloso —susurró ella mientras apoyaba suavemente la cabeza sobre el hombro de él.
—Estás muy guapa con ese vestido. Cuando te vi, no podía creer lo que estaba contemplando…
Miley lo miró a los ojos y sonrió. Nick siempre sabía qué decirle para conseguir que se sintiera bien. De todas las mujeres hermosas que había en aquella fiesta, había elegido bailar con ella. Se inclinó sobre ella y la besó, humedeciéndole suavemente los labios con la lengua.
—Creo que ya he tenido bastante fiesta —dijo él—. Salgamos de aquí.
La tomó de la mano y la sacó de nuevo al jardín. Allí, Miley se volvió para mirar brevemente a Jessica, Camila y Jojo, que la contemplaban con la boca abierta. Delta también los miraba desde la terraza, con una mirada asesina en los ojos.
— ¿Adónde vamos? —le preguntó ella.
—No sé. A algún lugar en el que podamos estar solos. Ahora mismo. Tengo que tocarte y no puedo hacerlo en medio de una multitud.
—Podríamos marcharnos a casa…
—No. Eso nos llevaría demasiado tiempo.
En el césped había tiendas, que parecían sacadas de las noches árabes, pero Nick no les prestó atención alguna. La llevaba hacia un edificio de cristal, de techo muy bajo, que había cerca de las pistas de tenis. Era un invernadero. Nick abrió la puerta y los dos entraron.
— ¿Estás seguro de que podemos estar aquí?
—La puerta no estaba cerrada, así que lo consideraremos una invitación para, al menos, echar un vistazo en su interior.
Miley casi no lo veía, pero sentía su tacto. Él la agarró por la cintura y la sentó en el banco de trabajo.
— ¿Sabes cuánto te he echado de menos esta noche? —le preguntó él.
Le besaba la piel con labios ardientes mientras que la lengua trazaba una línea húmeda por donde pasaba.
—Dímelo…
—Durante todo el tiempo que llevo aquí, me moría de ganas por estar en otro lugar —susurró. Le bajó el vestido hasta conseguir dejar al descubierto un seno.
—Yo también te he echado de menos a ti. Me he acostumbrado a tenerte cerca.
Nick le enmarcó el rostro con las manos y la besó apasionadamente.
— ¿Qué vamos a hacer al respecto?
Hasta aquel momento, habían evitado hablar del futuro. Sin embargo, se estaba haciendo cada vez más evidente que iban a tener que hacerlo tarde o temprano. ¿Qué ocurriría a finales de semana? ¿Seguirían sintiendo aquel abrumador deseo o habrían cambiado ya sus sentimientos?
—Hazme el amor —suplicó Miley.
— ¿Aquí?
—Sí. Necesito sentirte dentro de mí.
Aunque se arriesgaban a que los descubrieran, Nick se tomó su tiempo. La sedujo lentamente con los dedos hasta que Miley estuvo más que excitada. Cuando por fin se hundió en ella, la agarró con fuerza y le susurró su nombre al oído.
En el pasado siempre habían hecho el amor con intensidad, pero en aquella ocasión Nick parecía casi desesperado por establecer una conexión más íntima, por llegar más profundamente, por encontrar un lugar que hubiera dejado sin tocar.
Miley sintió que la emoción se apoderaba de ella. Nick había puesto su vida patas arriba en cuestión de días. Le había hecho creer que la felicidad era posible. ¿Podría sobrevivir cuando se quedara sin todo aquello?
Se aferró a él y se dejó llevar por las sensaciones. El placer parecía cada vez más cercano. Ella gemía de placer a medida que él iba incrementando el ritmo. Los dos estaban perdidos en su pasión, atrapados en un huracán de deseo. Era un sentimiento primitivo que los llenaba plenamente. Cuando el orgasmo llegó por fin, fue profundo y poderoso. Nick la acompañó enseguida. Sus cuerpos se arquearon el uno contra el otro hasta que no les quedó nada más por dar. Miley trató de respirar y de tranquilizar los alocados latidos de su corazón.
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Este capi va dedicado a mi Hermoshi sis Emi!!! TKMMMM♥
wau gracias Sis te kiero muchisimo... :D jeje y gracias x el cap.. esta genial.. un beso :D
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