—Hola, Delta.
Ella le abrazó muy cariñosamente.
— ¿Qué estás haciendo aquí? Esperaba encontrarme con algunos conocidos de Los Ángeles, pero jamás contigo. Jamás me pareciste el tipo de persona que viene a los Hampton.
—He venido de visita —respondió—.Miley, esta es Delta Groodrem. Delta, mi Amiga Miley Cyrus. Me alojo en su casa.
Delta miró a Miley y le dedicó una despreciativa sonrisa. Entonces, volvió a centrar toda su atención en Nick.
—¿Por qué no seguimos viéndonos? Yo pienso en ti constantemente. Nos divertíamos tanto…
Miley se giró hacia Nick esperando que él respondiera. ¿Por qué no salía con aquella mujer? Era hermosa, alta… Miley decidió que el adjetivo que mejor la definía era «esbelta». Por mucho que ella se esforzara, jamás sería esbelta. Delta tenía el cabello rubio y unos deslumbrantes dientes. Su maquillaje era perfecto y parecía que sus ropas acababan de salir de una revista de moda.
—Ya sabes cómo son las cosas —dijo Nick —. Es la historia de siempre. He estado muy ocupado. Y no he estado en la ciudad.
—Bueno, pues asegúrate de llamarme cuando regreses. Eh, por cierto. Mañana por la noche hay una gran fiesta en casa de Jack Simmons. Yo me alojo en su casa de invitados esta semana. Él va a dirigir mi próxima película. Te encantará. Todo el mundo va a estar presente. Pondré tu nombre en la lista —dijo. Metió la mano en el bolso y sacó un sobre—. Toma esto. Ahí dentro están las indicaciones sobre cómo llegar a la casa —añadió. Volvió a mirar a Miley —. Y puedes llevarte a tu amiga. Ella también es bienvenida.
Nick la observó atentamente mientras se alejaba. Miley los observó a ambos y trató de decidir qué habían sido el uno para el otro. ¿Habían sido pareja? Seguramente. ¿Se habrían acostado? Cualquier hombre con sangre en las venas se habría esforzado por conseguirlo. ¿Se habrían enamorado? Nick no parecía demasiado contento de verla.
—Es encantadora —murmuró Miley.
—Supongo que sí, pero no es tan guapa como tú.
Hasta aquel momento, Miley se habría creído todo lo que él le había dicho, pero le resultaba bastante difícil aceptarlo en este caso.
—No tienes por qué decir eso. Sé que no soy tan hermosa como ella.
— ¿De qué diablos estás hablando? Eres igual de hermosa, si no más porque, además, tú eres buena persona.
—Oh, sí —dijo ella con una risa forzada—. Una gran personalidad le reporta a una chica más hombres que un rostro y un cuerpo hermosos.
—Basta ya.
—No, tú eres el que tienes que evitar esa clase de comentarios. ¿No te parece que resulta bastante condescendiente que finjas que pertenezco a la misma categoría que esa mujer?
Miley tragó saliva. Le había resultado muy fácil creerse su fantasía, pero la verdad de todo el asunto era que Nick podía elegir a las mujeres con las que quería estar. Ella sólo era con la que se estaba acostando en aquel momento hasta que apareciera alguien mejor. Podría soportarlo mientras él fuera sincero.
Se había prometido que no importaba, que cuando todo terminara se sentiría más que satisfecha y que seguiría con su vida, pero ya no podía soportar el hecho de pensar que Nick se terminaría marchando con otra mujer, más hermosa y más segura de sí misma.
Él le tomó la mano y tiró de ella hasta que encontró un lugar tranquilo en el que pudieran hablar sin llamar la atención del resto de los peatones.
—Escúchame, Miley —le dijo él con voz tranquila y sosegada—. Si quisiera estar con una mujer como ésa, lo estaría. Quiero estar contigo. Estoy contigo. Fin de la historia. Ahora, ¿podemos seguir divirtiéndonos como antes y olvidarnos de esa mujer?
Miley lo miró a los ojos y vio que Nick tenía la verdad escrita en ellos. No obstante, su instinto le decía que no confiara en él porque terminaría haciéndole daño. Estaba convencida de que sería así.
—Lo siento —dijo por fin—. Estoy cansada. Últimamente no hemos dormido mucho y esta mañana me he levantado muy temprano.
Nick le acarició suavemente la mejilla y la besó.
—Tal vez deberíamos ir a comprar esa pizza y regresar a casa —sugirió él.
Miley asintió. Resultaba más sencillo fingir que todo iba bien, aunque sabía que sus posibilidades de mantener a su lado a un hombre como él eran, como mucho, escasas.
Tarde o temprano, él se daría cuenta de que sólo era una chica corriente. Todo lo que encontraba tan encantador o cautivador sobre ella se diluiría y comenzaría a preguntarse por qué se había sentido atraído por ella. Lo que había entre ellos era tan sólo una aventura de vacaciones. Todo el mundo sabía lo que ocurría con esa clase de relaciones. Terminan con el final de las vacaciones.
— ¿Señorita Miley? ¿Señorita Miley?
Miley se dio la vuelta en la cama y se tapó un poco más con la manta. Trataba de volverse a dormir, pero un incesante ruido en la puerta se lo impedía. Abrió un ojo y vio que el sol ya entraba por las puertas de la casa de la piscina.
— ¿Señorita Miley?
Se incorporó un poco y miró al otro lado de la cama. Nick ya se había levantado y se había marchado.
—Estoy despierta —le dijo a Luisa—. Entra.
Luisa entró corriendo en la estancia con un teléfono inalámbrico en la mano.
—Siento molestarla, señorita Miley, pero es la señorita Katy. Ha dicho que era una emergencia.
Miley miró el reloj. Eran sólo las siete de la mañana en Los Ángeles, demasiado temprano para que Katy se hubiera levantado de la cama. Un escalofrío le recorrió la espalda.
— ¿Qué clase de emergencia? —preguntó mientras extendía la mano para agarrar el teléfono.
—No me lo ha dicho —respondió Luisa.
Miley se puso el teléfono al oído.
—Katy, ¿qué es lo que ocurre? ¿Te encuentras bien? ¿Dónde estás?
— ¿Lo has visto esta mañana? Rachel me acaba de llamar y me ha dicho que los libreros de la costa este se están volviendo locos tratando de pedir más ejemplares de tu libro.
— ¿Cómo dices? —Preguntó Miley, frotándose los ojos—. Katy, ¿cuál es la emergencia?
—¡Tu libro! Esta mañana estaban hablando de él en Talk to me, ya sabes ese programa que yo odio porque lo presentan unas mujeres que siempre están quejándose. Bueno, estaban hablando de tu libro. Los libreros están aceptando pedidos que no pueden entregar y no hacen más que perseguir a las distribuidoras. Es una locura. Rachel, la que se ocupa de la publicidad de la editorial, me ha llamado esta mañana y me ha dicho que quieren capitalizar esto. Necesitan que vayas a Talk to me.
—Yo… yo no puedo salir en televisión —dijo, casi sin comprender—. Tal vez podría firmar algunos libros, pero nada más. En cuanto me vean, se darán cuenta de que yo no he escrito ese libro.
—Pero sí que lo has escrito.
—Lo sé, lo sé, pero, ¿no te parece que es mucho mejor mantener mi identidad en secreto? Además, yo no quería escribir un libro sobre sexo, Katy. Eso fue idea tuya.
—Miley, si le das publicidad a este libro, querrán comprarte otro y luego otro más. Les gusta que los autores ayuden a vender sus propios libros. ¿Por qué te crees tú que yo me paso seis meses al año en la carretera?
— ¿De verdad crees que debería hacerlo?
—Pues claro que sí. Rachel va a llamarte más tarde. Va a tomar un tren para ir a verte y preparar un plan contigo. Quieren que salgas en ese programa la semana que viene. Cómprate algo bonito. Yo voy a concertar una cita en tu nombre en el salón de belleza al que yo voy. Te arreglarán el cabello, te harán una limpieza de cutis y la manicura.
—Sí y, de paso, también me darán una personalidad nueva.
—Dile a Nick que te ayude. Él se ha ocupado de conseguir que actrices de tercera realicen interpretaciones sorprendentes. Tal vez pueda ayudarte, es decir, si sigue ahí contigo…
—Sí, Katy, sigue aquí.
— ¿Está contigo ahora mismo? —le preguntó—. No me respondas. Le preguntaré a Luisa qué es lo que está pasando. Ella es mucho más prolija con los detalles. Me ha dicho que duermes con él en la casa de la piscina. Cariño, tú puedes dormir en la casa. A mí no me importa y…
—Adiós, Katy.
—Llámame más tarde y cuéntame lo que te haya dicho Rachel. Quiero saber exactamente lo que tienen planeado para ti. No dejes que te concierten demasiadas citas, y ni siquiera consideres los programas de segunda y tercera categoría. Además, ponte lo que quieras, pero no vayas de blanco. Te hará parecer una ballena.
—Katy, sé lo que tengo que hacer. Llevo años coordinando tu publicidad junto a Rachel.
—Es cierto… Bueno, no hagas nada que yo no haría.
jejeje muy bueno el cap... jjeeje sigueloo plis!!! un besooo sis portate bien he!!! tkmmmm :D
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