miércoles, 28 de septiembre de 2011

"Three weeks in Athena" Cap 26




Acarició aquella suave piel con el pulgar y, cuando por fin la sintió relajar la mandíbula, lo vivió como un triunfo.
Súbitamente, su ansia por acostarse con ella se vio superada por su deseo de darle seguridad. Tuvo el inusual impulso de abrazarla y asegurarle que todo saldría bien. Algo profundamente enraizado en él le impidió moverse pero le hizo susurrar:
–Voy a marcharme, pero quiero que reflexiones sobre esto, Miley. Lo que hay entre nosotros es más que una atracción banal que sucede todos los días. Esto es...
Se sorprendió de sus propias palabras y de la emoción que las generaba, pero se dijo que se debían a la fuerza de su deseo por ella.
–Esto es mucho más fuerte. No sé a qué miedos te enfrentas y yo no puedo enfrentarlos por ti, sólo puedes hacerlo tú. Voy a dejar abierta la puerta que conecta con mi habitación. Me gustaría que la usaras, Miley... Quiero explorar qué es esto entre tú y yo... –comentó e hizo una mueca–. No me cabe duda de que se acabará por sí solo, pero no va a desaparecer hasta que lo exploremos, tan sólo aumentará. Depende de ti. Si eres tan fuerte como para resistirte a esto, entonces espero que tengas la suficiente fuerza para los dos.
Miley contuvo el aliento. Lo miró fijamente a los ojos y lo que vio en ellos hizo que el corazón le diera un vuelco. Su ardiente intensidad no le hizo sentirse amenazada, sino excitada hasta el punto de olvidarse de toda su cautela y decir «sí».
Durante un largo momento se quedaron inmóviles, con las palabras de él flotando en el aire. Miley sólo podía sentir la mano de él, cálida y extrañamente tranquilizadora, en su mejilla. Pero entonces él la retiró, dio media vuelta y se marchó, dejando la estancia extrañamente vacía.
A los pocos instantes Miley le oyó abrir la puerta de conexión a su habitación y dio un leve respingo. Se dejó caer pesadamente sobre la cama, con el vientre revolucionado y las palabras de él dándole vueltas. ¿Tenía él razón, aquello sólo se haría más fuerte? Las sensaciones que todavía estremecían su cuerpo se burlaron de ella. ¿A quién intentaba engañar? Se había auto convencido de que aquella semana habían disminuido, pero él tenía razón, especialmente tras su reacción unos momentos antes.
También se había auto engañado al creerse que era frígida. En aquel momento se sentía la persona menos frígida del planeta. Debía admitir que, para perder su virginidad, inconscientemente había escogido a una persona hacia la que no se sentía atraída, como para intentar convencerse de que ella no era como su madre, que no pasaría su vida ansiando el sexo.
Frunció el ceño. Siempre había creído eso, pero lo que su madre ansiaba era a los propios hombres, su poder y su atención. Eso era lo que a ella le daba validez. Pensándolo bien, su madre siempre había sido bastante fría y clínica respecto al sexo. Nunca se había apasionado tanto con un hombre que perdiera de vista el lado práctico.
Y lo que ella sentía hacia Nick no tenía nada de frío o clínico. Él podría ser el botones del hotel y le generaría lo mismo. Había visto su propio rostro lleno de deseo reflejado en el espejo. Ella nunca había visto así a su madre.
Aquella revelación la dejó estupefacta. A pesar de que la profesión de su madre había sido abiertamente sexual, sus parejas no habían tenido que ver con el sexo, sino con el dinero, el poder y la autoestima. El sexo tan sólo había sido una herramienta que su madre había usado. Miley lo había presentido pero, hasta que no se había despertado su propio deseo, no lo había comprendido.
Uno de sus mayores temores era perder su independencia por un hombre, como había hecho su madre. Pero ¿aquella situación no era diferente? Ella ya tenía un empleo y no esperaba recibir nada de Nick, desde luego no su dinero ni regalos. Y él parecía tan sorprendido como ella ante aquella poderosa atracción. Seguro que él hubiera preferido que le sucediera con alguien de su entorno social.
Por tanto, tenía sentido que, una vez que aquello se acabara por sí solo, como él había dicho, todo volvería a la normalidad. Aunque, ¿podría suceder tras algo tan...? Su mente huyó asustada de aquellos pensamientos.
Se paseó por la habitación incapaz de plantearse siquiera el dormir. Se mordió una uña. Un sentimiento intenso iba creciendo en su vientre. Por primera vez en su vida, sus temores de convertirse en su madre parecían inocuos. Ella era distinta. Un cálido sentimiento de tranquilidad volvió a invadirla aún más fuerte. Se asustó ligeramente, ya que nunca habría imaginado a Nick como un hombre tranquilizador.
Dejó de pasearse. ¿Y si en vez de salir corriendo, afrontaba aquello y vencía a los demonios que la acosaban desde tanto tiempo atrás? Se sentía distinta. Debía admitir que estaba disfrutando de su vestuario menos restrictivo y, aunque seguía teniendo el impulso de taparse, iba disminuyendo. Había visto a algunos hombres mirándola en el baile y, en lugar de querer esconderse, se había sorprendido irguiéndose, invadida de una novedosa confianza en sí misma.
¿Le había ayudado Nick a llegar a aquel poder innato femenino, puro y poderoso?
Volvió a planteárselo: ¿Y si abría aquella puerta y pasaba al otro lado?
Antes de darse cuenta, se encontró frente a la puerta, respirando entrecortadamente, con el corazón disparado. Había leído una vez un libro: Aunque tenga miedo, hágalo igual. ¿Era ella lo suficientemente valiente como para cruzar la línea?
Como respuesta, le invadió un intenso anhelo. Deseaba aquello, deseaba a aquel hombre y lo que prometía más de lo que le importaban las razones para no hacerlo. Él tenía razón. La idea de reprimir aquel deseo era... inconcebible.
Posó una mano temblorosa en el pomo de la puerta, tomó aire y lo giró. Le acosó el temor de encontrar su sonrisa burlona, pero resistió y abrió la puerta.
Necesitó unos segundos para acostumbrarse a la tenue luz y se encontró una escena increíblemente erótica e inocente al mismo tiempo. A través de la puerta abierta del dormitorio se veía la figura de Nick dormido reflejada en la puerta de espejo de un armario. Sólo le cubría una sábana hasta la cintura. Ella ya había visto su torso desnudo el día anterior, pero se recreó en él: delgado, bronceado y de deliciosos músculos firmes. Era el hombre más guapo que ella había visto nunca y seguramente uno de los más guapos del planeta.
Su cabello negro le caía despeinado sobre la frente, haciéndole parecer menos el temido director ejecutivo de Jonas Enterprises y más bien alguien humano y vulnerable.

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Para mi sis Katty espero y te gusten los capi, y esto es para todas sorry sorry por no poder comentar en sus blog, si leo sus publicaciones pero no tengo tiempo de comentar el cole me tiene muy muy ocupada... la verdad que estaba pensando en cerrar el blog pero me gusta mucho subirles novelas, eh estado viendo que no comentan mucho y me gustaría saber el porque, supongo que todas están muy ocupada pero me conformo con un carita :P bueno chicas eso era todo lo que quería decirles espero todas estén muy bien... un beso gigante para todas!!!!

                                       <3<3Prii<3<3



1 comentario:

  1. wauu es genial!! lo ame al cap... jeje un beso y PASA X MI BLOG ¬¬ jejeje :P

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