“Sí, sí, éste es el final perfecto de un día terrible. Lo único que quiero hacer es llegar a casa y desnudarme este, cambiarme la ropa, y esta cosa es más lenta que ir por las escaleras”.
El cerebro de Nick se imaginó instantáneamente una imagen de Miley saliendo de un baño de burbujas y poniéndose una bata transparente con el rostro sonrojado por el calor. Su imaginación lo torturaba con imágenes de pezones rosados y muslos cremosos. Necesitó de una fuerza considerable para reprimir un gemido.
Las luces parpadearon, se atenuaron y, finalmente, se apagaron por completo cuando el elevador volvió a detenerse abruptamente.
“¡No de nuevo!”. Gritó Miley con obvia consternación.
Nick maldijo por lo bajo. “No entremos en pánico, estoy seguro de que hay un botón de emergencia en algún lado. Lo oprimiremos y alguien podrá venir a sacarnos”. Probablemente, él podría salirse por la puerta trampa del techo y trepar por los cables hasta el piso de arriba, pero no lo podría hacer, sin revelar su secreto. Los Gerentes Generales millonarios no rompen puertas de metal ni se abren camino a la libertad con las garras y con fuerza sobrehumana.
“Yo lo haré. Tengo una linterna de bolsillo en algún lugar”. Ella buscó en su cartera. “Aquí vamos”.
Un diminuto haz de luz iluminó el interior, y Nick pudo ver fugazmente la preocupación en sus ojos verdes mientras ella giraba la luz en dirección al panel de control. Las manos debían temblarle, porque el haz de luz fluctuaba y oscilaba.
“No pasa nada. ¿No se supone que haya algún tipo de alarma? Sé que aquella vez el muchacho del piso de abajo mío lo oprimió y sonó tan fuerte como para despertar a un muerto”.
Mierda.
“Creía que la alarma estaba diseñada para tener una fuente de energía aparte pero, tal vez, esté conectada al generador. Me temo que no conozco mucho de la mecánica de los elevadores”.
“Bueno, sabe mucho más que yo. Si yo no viviera veinticinco pisos más arriba, nunca me subiría a estas malditas cosas”.
Su sensible sentido del oído percibió el castañeo de los dientes de Miley.
“¿Tiene frío?”.
“Estoy bien. Sólo un poco mojada. No me di cuenta de que hoy habían pronosticado lluvia, perdí el autobús y me empapé. Me daré una buena ducha caliente apenas pueda salir de esta lata de sardinas y me prepararé para ir a la cama”.
El sólo pensar en esa blusa transparente le quemaba el cerebro. Su pulso le martillaba el cuerpo y sus entrañas se volvían pesadas de necesidad. La influencia de la luna llena le castigaba el autocontrol, y ella estaba tentadoramente cerca. Y también excitada.
wow este capitulo me dejo con las ganas de leer mas XD jajaja seguila me empezo a gustar esta nove!
ResponderEliminaratte:agus
ooww neniiss me encaanto te extraña tu osiitaaa y muxooo neniiissss llorare sin tii
ResponderEliminarmuy buena tu novela me obsesiones sube mas porfavor que me concecto con mi celular y me sale caro ver la pagina a cada hora
ResponderEliminarfelicidades por todas tus novelas las amo