Miley estaba loca por Nick, pero Jesús, este tío era magnífico.
—Estás hundido en pura mierda, Nick —dijo el tío sonriendo satisfecho con una voz que hizo que sus bragas se derritieran en el acto. Ronca y, oh, tan oscura.
—Chúpamela, Spencer.
Miley miró sorprendida a Nick, pero él sonreía. Cuando fijó los ojos otra vez en Spencer, él también reía.
Bien, así que ese debía ser el equivalente a un hola en el lenguaje de los chicos. Nick salió del elevador, sosteniendo aún la mano de Miley.
—Esta es Miley
Spencer levantó una ceja mientras la recorría con la mirada desde la cabeza hasta la punta de los pies.
—¿Grange sabe sobre ella?
También es bueno verte otra vez, Spencer.
—No.
Spencer soltó una estentórea carcajada.
—Oh, hombre, sí qué estás hundido en mierda.
Ella se sintió invisible. E irritada.
—Estoy presente, saben. —Ella extendió la mano—. ¿Lo intentamos de nuevo? Hola, Spencer, soy Miley. Encantada de conocerte.
Spencer asintió mientras miraba de Nick hacia Miley y luego extendió la mano.
—Tu dama tiene cojones. Me gusta eso. También me agrada conocerte, Miley.
—Spencer es grosero, ordinario y no tiene modales. Hemos hecho nuestro mejor intento con él, pero es un caso perdido.
Miley giró hacia la voz profunda junto a ella. Un hombre mayor en uniforme militar extendía la mano.
—Soy Grange Lee, Miley. Bienvenida a los Moteros Salvajes.
Ella le estrechó la mano, sintiéndose mucho menos intimidada por el general Lee que por Spencer.
—Gracias.
—Spencer, ve y haz algo que no requiera tu presencia en las cercanías —dijo Grange.
—Sí, sí. —Spencer dio media vuelta y se alejó, dándole a Miley un vistazo de un culo exquisito y prieto. Ella parpadeó y se giró hacia Nick.
—No te preocupes. Es el peor del grupo —dijo Nick.
—¿Hay más?
Él sonrió lobunamente.
—Unos cuantos.
—¿Alguna noticia de Tom? —Preguntó Nick.
Grange miró a Miley.
—Se lo he dicho todo y ella estaba allí cuando entró la llamada. Puedes hablar delante suyo.
—Ese no fue el acuerdo y lo sabes.
Nick se encogió de hombros.
—No lo pude evitar.
—Temo que fue mi culpa —dijo Miley, sintiendo la necesidad de interceder en nombre de Nick—. Hice algo realmente estúpido y me escapé con el virus. La única forma en que Nick pudo detenerme fue decirme todo. Dios sabe que hizo todo lo que estuvo en sus manos para mantenerlo lejos de mí, pero soy muy insistente y rechacé darme por vencida hasta que supe la verdad.
—Que conste eso no fue así —dijo Nick.
—Es lo más cercano. — Miley no podía creer que Nick fuera a mentir a Grange a fin de protegerla.
Grange frunció el ceño y se cruzó de brazos.
—Supongo que aclararemos las cosas después.
—¿Qué se sabe de Tom? —Preguntó Nick.
—Nada aún. Podría ser que se esté ocultando y le sea imposible contactarse con el móvil porque está comprometido.
—Esperemos que sólo sea eso.
Comenzaron a caminar y Miley los siguió. Los ambientes por los que avanzaban se veían como una casa normal. La cocina, la sala, aunque cada habitación fuera enorme. ¿Cuántas personas vivían en este lugar? Artilugios modernos, una gran pantalla de televisión y un sistema de estéreo de última tecnología. También había cada aparato conocido por el hombre en la cocina de la era espacial. Miley se sentía sorprendida. Todos los pisos de la casa eran de madera. Todo era abierto y de gran extensión, con un altillo y pasamanos que llevaban a un segundo piso. También había un segundo elevador. Escuchó ruidos y voces allá arriba… y música, pero hasta ahora sólo había conocido a Spencer.
—Hablemos en mi oficina donde hay un poco más de calma —dijo Grange, llevándolos por el vestíbulo y luego a otra habitación.
Esta no era una oficina. Era una sala de control, llena de mapas y cartas. Múltiples televisiones y ordenadores alineados en las paredes a ambos lados de un escritorio y largas filas de pupitres parecidos a los de un salón de clase. Nick se sentó en un pupitre en la parte delantera de la habitación. Grange se giró hacia una silla para estar frente a él y Miley se sentó al lado de Nick.
—Bien, ahora dime lo que pasó —dijo Grange.
Nick informó a Grange sobre todo lo que sabía hasta el momento, desde cómo se habían encontrado en el museo hasta todo con lo que se habían topado en su viaje, incluyendo el que Miley lo hubiera drogado y Nick la persiguiera la noche anterior. Mierda, hablando de confesarlo todo. Miley se sonrojó cuando sintió que Grange la contemplaba mientras Nick contaba esa parte de la historia. Pero suponía que era vital que Grange conociera toda la historia. Al menos Nick excluyó los detalles íntimos de su relación.
Nick sacó el vial de su bolso y se lo entregó a Grange. Él lo llevó fuera de la habitación y regresó unos minutos más tarde, luego se detuvo otra vez cuando una llamada entró, indicando que era Tom. Miley agarró la mano de Nick mientras Grange hablaba al teléfono. Los ojos de Grange se concentraron en sus manos y dedicó una mirada furtiva a Nick. Miley fue consciente de la intimidad de sus manos entrelazadas, pero Nick no parecía inclinado a dejarla ir.
A Miley le gustó eso.
—Bien —dijo Grange cuando colgó el teléfono—. Tom está bien.
Miley exhaló.
—Eso es genial. ¿Y el disparo?
me super encanto el capis pri me encanta esta nove seguila!!!!!besoss
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