viernes, 6 de mayo de 2011

"Tórridas Fantasías" Cap 14



—Supongo que sentía curiosidad.
   ¿Sobre mí? —replicó ella muy sorprendida.
—Por supuesto. ¿Por quién si no? Tú eres la que me llevó al cuarto de baño del avión y te aprovechaste de mí. Pensé que si me quedaba un poco más contigo, tal vez yo podría aprovecharme también de ti.
Miley se sonrojó.
—Creo que no habrá problema para eso. Cuando estemos pisando suelo firme.
El coche aminoró la marcha rápidamente y se detuvo. Miley miró por la ventanilla y sonrió.
—Ya hemos llegado. El chofer se ha pasado la verja de entrada.
Unos segundos más tarde, el chofer hizo que la limusina se moviera marcha atrás y girara hacia la verja. Miley bajó la pantalla que los separaba del conductor y le dio el código. Inmediatamente entraron en la propiedad. Cuando se detuvieron delante de la casa, Miley miró a Nick.
—Muy bonita —dijo él.
—Sí, lo es.
El chofer abrió la puerta y ayudó a Miley a descender del coche. Entonces, se dirigió al maletero para sacar el equipaje de ambos. Llevó las bolsas hasta la puerta principal y se tocó ligeramente el sombrero.
—Ha sido un placer transportarlos a ustedes, señores. Que tengan unas felices vacaciones. Y le prometo que voy a empezar esa petición de la que le hablé, señor Jonas.
Nick le dio una palmada en el hombro.
—Gracias.
Siguió a Miley al interior de la casa transportando las bolsas de ambos. Aunque la vivienda era grande, no resultaba tan ostentosa como algunas de las mansiones de la zona. Era una casa de campo de estilo más antiguo, de dos plantas, altos techos y muchas ventanas.
Cuando llegaron a la cocina, Miley abrió las puertas de cristal y salió al exterior. Una amplia terraza conducía a unos escalones de piedra que llevaban a su vez a la piscina. Más allá, había un edificio, más bajo, que miraba hacia la casa.
—Es por aquí —dijo ella.
Nick se preguntó si había decidido que él durmiera en la casa de invitados a pesar de que iban a pasar mucho tiempo junto en la cama. O pudiera ser que ella tuviera otros planes. Aunque estaba preparado para meterse con ella en la primera cama que encontrara, desnudarla inmediatamente y hacerle el amor, decidió esperar y tomarse las cosas un poco más lentamente.
Tal vez Miley se estuviera arrepintiendo de haber tenido un comportamiento tan impulsivo y haberlo invitado a la casa. Sin embargo, decidió que el hecho de tener que esforzarse un poco más para seducirla haría que, al final, todo resultara más agradable.

 

Miley estaba sentada en el centro de la cama mirando su teléfono móvil. Sabía que Katy estaría esperando su llamada. Después de todo, ella le había organizado la limusina sabiendo que jamás querría volver a montarse en aquel avión después de haber tenido que bajarse. Probablemente habría calculado el tiempo que tardaría en llegar a la casa. Respiró profundamente y apretó el botón de la agenda para llamar a la casa de Beverly Hills. Esperó a que Katy contestara el teléfono.
—Por fin —dijo Katy sin molestarse en saludarla.
—Ya he llegado a casa, sana y salva. Gracias por la limusina. Lo pasé bastante mal con el primer contratiempo en ese avión. No creo que hubiera podido soportar lo de la niebla.
¿Tan malo fue el vuelo, querida?
—Digamos que fue algo movido —respondió ella. Aunque quería contarle a Katy todos los detalles, sabía que su madrina le estaría dando consejos durante horas y la llamaría constantemente para ver cómo iban las cosas. No quería que Katy se hiciera ilusiones por nada—, pero ya estoy aquí.
—Tal vez yo debería ir a verte inmediatamente. No quiero que estés sola en esa casa tan grande.
— ¡No! —exclamó Miley, calmando la voz inmediatamente—. No. Estoy bien. Haré que Luisa venga mañana, me llene el frigorífico y limpie un poco. Así podré relajarme yo un poco y tal vez incluso tomar el sol. ¿Cómo te va con el libro? ¿Estás haciendo progresos?
—No me hables del libro —dijo Katy—. Es un desastre. El peor que he escrito hasta ahora. No me sorprendería que mi editora se negara a publicarlo. Me veré forzada a vender las casas y a vivir en una caja de cartón en la playa.
—Siempre dices lo mismo y tus libros son siempre maravillosos.
—Querida, quiero que vayas a la ciudad y me organices una firma de libros en esa tiendecita que tanto me gusta. Y también otra para ti. Hoy he hablado con mi editora y me ha dicho que las distribuidoras están teniendo una buena impresión sobre tu libro. Lo están comprando bastantes mujeres.
—Tal vez yo pueda comprarme también una caja de cartón al lado de la tuya con el cheque de mis derechos de autor —bromeó Miley.
Oyó un chapoteo en el agua y se acercó a las puertas que daban al jardín con el teléfono aún en la oreja. Apartó las cortinas y vio que Nick estaba nadando en la piscina. El sol le brillaba en la espalda. Descubrió que no podía apartar la mirada de aquellos fuertes músculos que lo hacían avanzar con rapidez en el agua.
—Yo… tengo que dejarte —dijo.
   ¿Cómo? ¿No puedes seguir hablando conmigo un ratito más?
—No, Katy. Estoy muy cansada y sólo necesito dormir un poco. Te prometo que te llamaré mañana.
Colgó el teléfono antes de que Katy tuviera oportunidad de protestar. Sin apartar la atención de Nick, lo siguió atentamente mientras él recorría la piscina de un lado a otro. Nadaba con movimientos poderosos, eficaces. Cortaba el agua con los brazos casi sin chapotear. Cuando llegaba al final de su largo, ejecutaba un giro perfecto y comenzaba a nadar en dirección opuesta. Miley contó diez largos sin que él se detuviera.
Eran las dos de la tarde, hora de la costa este, lo que significaba que eran las diez de la noche de California. Los dos llevaban más de veinticuatro horas sin dormir y habían bebido demasiado, pero él aún tenía energía suficiente para nadar de ese modo.
—Frustración sexual —murmuró. Las palabras se le escaparon antes de que se diera cuenta de que estaba pensando en voz alta.
Fuera lo que fuera lo que le ocurría, Nick parecía haberlo dominado. Cuando terminó el siguiente largo, se salió de la piscina y se puso de pie en el borde. No dejaba de gotear agua. Sacudió la cabeza y su largo cabello envió gotas en todas las direcciones posibles. Al ver cómo levantaba los brazos por encima de la cabeza y se estiraba al sol, Miley tuvo que contener el aliento. Los músculos del torso se le tensaron y ella sintió un profundo deseo de tocarlo una vez más. Distinguía perfectamente el vello que le cubría el vientre y sabía perfectamente adonde apuntaba.
Aunque ya lo había tocado, no había tenido oportunidad de admirar su cuerpo. Era alto, más de un metro ochenta, con marcados músculos en hombros y brazos. La cintura y las caderas eran estrechas y tenía unas hermosas piernas, largas y perfectamente torneadas para ser masculinas.
—Bonitas pantorrillas —murmuró ella.
Un temblor le recorrió la piel. Sacudió la cabeza. Recordó a Nick desnudo. Se lo imaginó sobre su cama, con las sábanas enredadas en el cuerpo. Trató de imaginarse lo que sería tenerlo durante una noche entera, poder disfrutar plenamente de aquel cuerpo en un lugar que no fueran los principales medios de transporte.
Se apartó de la ventana y respiró profundamente. Regresó a la cama y trató de calmarse. Se había mostrado muy descarada cuando se conocieron y, en aquellos momentos, había vuelto a convertirse en una temblorosa e insegura mujer. En aquel estado, Nick sabría inmediatamente que no era la mujer sensual y desinhibida que había proclamado ser en un principio. Que no era mundana ni experimentada y que, por lo tanto, no era la clase de mujer capaz de atraer a cualquier hombre.
Se levantó de la cama y comenzó a desnudarse. Cuando estuvo completamente desnuda, abrió un cajón y buscó un traje de baño. Encontró un bikini azul turquesa que tenía desde el verano pasado, pero al final se decidió por un traje de baño.
Sin embargo, al mirarse en el espejo, se dio cuenta de que no tenía tan mala figura. Hacía ejercicio con regularidad, tres veces por semana en el gimnasio que Katy tenía en su casa. Además, comía de un modo saludable. Aunque no estaba tan delgada como se llevaba en Hollywood, pensaba que el bikini le sentaría bien.
Si iba a hacerlo, lo tendría que hacer bien, sin inhibiciones ni lamentaciones, sin trajes de baño de una pieza. Cuando hubo terminado de ponerse el bikini turquesa, se miró en el espejo.
—No está mal —murmuró.
Nick la había visto con un aspecto horrible. Decidió que a partir de aquel momento sólo podía mejorar. Ya no sentía pánico, ni náuseas ni había luces fluorescentes por ninguna parte.
Alguien llamó suavemente a la puerta de la habitación.
   ¿Miley?


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Capis dedicados a mi SIS de verdad Emi....♥ Te quiero hermanita es muy bueno tener una hermana como vs te quiero mucho y siempre seras mi hermana viejita jajajaja no de verdad te super quiero Hermana!!! Feliz Dia .... solo por hoy no te molesto pero mañana no te salvas un besote!!!!
                                                             PRY♥


                                    

3 comentarios:

  1. Hello!
    Ya se, diras aca esta de nuevo la pesada esta!
    Jajaj es que no puedo evitar para de leer y tengo que comentarte para que sepas que: AMO TUS NOVELAS ♥
    Pliss seguila pronto :D

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  2. me encantoooo
    sissss
    esta genial
    sube prontoooo

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  3. Waoooooooooooooo!!
    Zuper
    ahahhaa
    la qara de Nick
    cuando vea a Miles
    no me imaginoooooooo
    Yeahhhhhhhh!!
    Lo va a dejar
    pfff!!
    Hahahha
    ezpero el proximo!!
    Ehh cuidate muxotee!!
    En toda una tarde solo me eh puesto al dia
    en tres blogs!!
    Pf!!
    Zoy lenta ehh!!!
    Hhahha
    mñn dezde laz 6 de la mñn!!
    hahahha
    fazil
    Ñiiiiiiiii!!
    Tq..!!
    Cuidtae Pry!!
    xoxoxoxo
    Atte: CariToH!*

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