Contempló la caja de fresas que había llevado consigo y se mordió el labio inferior al volver a mirarlo.
—Alimentarme con una de esas fresas recubiertas de chocolate y creo que podré hacer cualquier cosa.
Si eso no era una invitación, no sabía qué era. Y bajo ningún concepto pensaba rechazar una oportunidad tan magnífica de convertir una conversación demasiado seria en algo más divertido y seductor.
Desenvolvió uno de los manjares, pero en vez de dárselo como ella esperaba, mordió la punta.
—Eh —la risa ronca le iluminó los ojos—. Ésa es la mejor parte.
—Mmmm. No del todo, pero, desde luego, es muy buena —alzó la fresa a los labios de ella.
Miley suspiró y gimió con júbilo mientras comía lentamente la fruta, al parecer más y más excitada con cada mordisco que daba. Los ojos se le pusieron vidriosos y la expresión adquirió un aspecto soñador y extático que hizo que Nick se pusiera duro.
Zumo de esa fresa goteó por su mano, y para su sorpresa y placer, ella cerró los ojos y limpió la dulzura pegajosa con largos y sedosos lametones, para luego cerrar la boca sobre la punta del dedo y succionar.
Estuvo a punto de perder el control allí mismo. En algún momento a lo largo del camino, ella había pasado de recatada y cautelosa a seductora manifiesta. De hecho, siempre había soñado que fuera así con él.
De la fresa solo quedaba el tallo; Nick se apartó el tiempo suficiente para dejarlo y apagar la lámpara que había junto al sofá, lo que dejó como única fuente de iluminación la lámpara que había en el otro extremo del dormitorio. Luego enmarcó el rostro de Miley en sus manos.
—Esta es la mejor parte —murmuró antes de pegar la boca sobre la de ella.
La besó suavemente al principio, a pesar del impulso instintivamente masculino de tomar y poseer. Le mordisqueó el labio inferior, y luego lo acarició con la lengua, como si Miley fuera una exquisitez rara y no tuviera suficiente de ella… lo que súbitamente fue así. Después de años de desearla, estaba hambriento de ella, y mantener a raya su control le requería toda su fuerza de voluntad.
Ella suspiró, devolviéndole los besos encendidos con una urgencia cada vez mayor; que al final dio paso al ansia y a la necesidad. Abrió los labios e introdujo la lengua en la boca de él, arrastrándolo más profundamente al beso.
El deseo y la lujuria se enroscaron en el vientre de Nick, encendiéndole la sangre. Deslizando la mano para posarla en su nuca, introdujo los dedos en el cabello sedoso, le ladeó la cabeza y le dio exactamente lo que quería: un beso ardiente, que ella le devolvió con igual fervor.
Sabía a fresas y a chocolate y a tentación femenina, y se perdió en la dulzura de su boca, en su respuesta desinhibida.
Con un ronroneo suave que nació del fondo de su garganta, Miley cerró las manos en la camiseta de Nick y lo atrajo al sofá con ella. Él estuvo dispuesto a ir a donde lo llevara. El sofá era confortable y amplio y se acomodó de tal modo que la cubrió con la mitad del cuerpo y una de las piernas quedó acomodada entre sus muslos abiertos.
El beso codicioso e insaciable continuó.
Las manos impacientes de Miley le quitaron la camiseta de los vaqueros y él gimió cuando posó las palmas en su estómago y comenzó a subirle la prenda en un intento presuroso por desprendérsela. Cuando se atascó bajo sus brazos y ella emitió un sonido de frustración, Nick se apartó un poco para quitársela por encima de la cabeza y arrojarla a un lado.
Ella observó el torso con deleite femenino.
—Vaya —jadeó y le acarició los pectorales y los hombros—. Eres magnífico.
Las manos resultaban frescas contra su piel febril y la necesidad de tocarla lo estaba volviendo loco. Bajó la vista, vio la presión de los pezones duros contra la tela sedosa del body y también quiso verla desnuda.
—Tu turno —murmuró, y ella no dijo una palabra para detenerlo cuando le bajó una de las tiras finas del body por el brazo, luego la otra, hasta que los dos pechos hermosos quedaron desnudos a su vista. Tenían una forma perfecta y llenaban sus manos como si Miley hubiera sido creada específicamente para él.
Pasó el pulgar por la punta aterciopelada y la vio contener el aliento, arqueando la espalda en una súplica silenciosa de más. Ella llevó las manos al pelo de él, cerró los dedos y le guió los labios hacia un seno. Nick la tomó con la boca, le mordisqueó el pezón compacto con los dientes y mitigó el escozor con el suave remolineo de la lengua antes de concederle igual atención al otro pecho.
Ella se movió impaciente bajo él y Nick le separó las piernas con una mano en la rodilla. Luego deslizó los dedos por debajo de la falda y pasó las yemas por la delicada parte interior del muslo. Ella tembló y gimió, sin ofrecer resistencia mientras él continuaba la lenta y perezosa búsqueda hasta llegar a la tela húmeda de la parte baja del body. Presionó los dedos contra ella y todo el cuerpo de Miley se sacudió.
Abandonando su pecho, aplastó la boca sobre la suya en un beso ardiente, profundo y explícitamente carnal al mismo tiempo que metía los dedos por debajo de la tela que le cubría el sexo. Era tan suave y cálida y estaba tan deliciosamente mojada que comenzó a acariciarla y a provocarla al mismo ritmo que seguía con la lengua en su boca. Ella enloqueció.
Bajó las manos por la espalda de Nick hasta llegar a la cintura de los vaqueros. Con los dedos se agarró del cinturón y tiró de sus caderas, tratando desesperadamente de colocar los cuerpos de ambos en una postura más íntima. Sin decir una palabra, él supo que lo quería tener dentro. Diablos, él mismo deseaba estar dentro de ella, pero no llevaba un preservativo encima jamás habría previsto que las cosas irían tan rápidamente esa noche.
De modo que improvisó. Sin quebrar el beso, se situó encima de ella y colocó la extensión dura y palpitante de su erección, aún confinada bajo sus vaqueros, justo contra la barrera del body de Miley. Le subió la pierna por encima de su cadera y se meció contra ella, ahondando el contacto. La rocosa protuberancia de su erección presionó y frotó la piel sensible con cada embestida, reanudando el contacto allí donde sus dedos lo habían dejado.
Ella tembló y gimió sobre sus labios, y el sonido hambriento y la forma en que se arqueó contra él le indicó a Nick que se hallaba casi ante el precipicio. Y entonces ella llegó a la cumbre y cayó al vacío, y fue una visión hermosa que contemplar. Echó la cabeza atrás, apretó con fuerza los muslos contra los suyos y se soltó.
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capi dedicado a mi amiga KATY!!! que me pidió una maratón de su nove favoritaa jajaja... TKMM SIS!!!
me encantoooo
ResponderEliminarsissss
esta genial
sube prontoooo
me encantoo!!!!
ResponderEliminarquiero ya el otro bye besos <3
sube ya el otro capi pliss bye besos
ResponderEliminarPffffffffffffff!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
ResponderEliminarZuper
Ziguela!!!
Prontoooooo!!!!
xD
hahaha
lo mizmo qe dize
Lindaa
zube ya!!!
hahhaha
no tampoqo
azi zube pronto
xD
Zigo qon amantes de ocasion!!!
;D
ah!!! nueva lectora me llamo agus! esta hermosa tu nove!!!! seguila
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