sábado, 3 de diciembre de 2011

"The Wild Walk" Cap 35




Él se apoyó contra el muro de la ducha, apartando a un lado los húmedos mechones de su cabello para mordisquearle la nuca.
—Sí, nena. —Él continuó jugando con su ano, permitiendo que se acostumbrase a su toque.
—Esto se siente tan… increíble.
Él sonrió y jugó con ella un poco más, probando su sexo con una mano mientras continuaba atormentando su culo. Quería que ella se centrase en la sensación, en el placer. Quería que se relajase, así podría disfrutar este juego. Jugueteó con su clítoris, palmeándolo, acariciándolo de forma atormentadora y aumentando su necesidad. Su respiración jadeante, sus pezones erguidos y la manera en que ella se presionaba contra su dedo y luego empujaba hacia delante contra su mano, le dijo todo lo que necesitaba saber. A ella le gustaba lo que le estaba haciendo en ambas zonas.
Miley estaba haciendo que su polla se sacudiera con dureza. Infiernos, después de la animada sesión que habían tenido fuera, no podía creer que estuviera duro y dolorido por ella otra vez.
En ese momento llevó las cosas más lejos, dándole permiso a su dedo para ir un poco más allá de la barrera de músculos de su apretada entrada. Ella jadeó cuando él se abrió camino, luego gimió mientras Nick deslizó el dedo más adentro y lo hizo retroceder casi todo el camino.
—Sí. Justo igual que ser follada —susurró él.
—Oh. Oh, Dios.
Ella no lo miraba ahora. Sus ojos estaban cerrados, la cabeza contra la pared y las palmas de sus manos extendidas contra ésta. Él vio como empujaba sus caderas hacia delante y hacia atrás contra sus manos. Ahora estaba perdida en esto.
Cristo, deseaba estar dentro de ella, compartir esta sensación con ella.
—¿Alguna vez has tenido sexo anal, Miley?
Ella giró la cabeza y abrió los ojos, mordiéndose el labio interior. Sacudió la cabeza.
—¿Quieres?
Porque esto tenía que ser su petición, su elección.
—Sí.
Sin ninguna vacilación. Ella lo deseaba. Con él. Maldita sea. Y esa mirada. Inocencia, curiosidad… y tensión sexual. Su polla se sacudió y él se apoyó contra la cadera de Miley, apuntalando su eje palpitante entre él y su suave carne mientras continuaba preparándola. Lo quería todo de Miley, anhelaba estar dentro de cada parte de ella, especialmente donde otros hombres no habían estado. La idea de deslizar la polla dentro de su agujero apretado y caliente hizo que sus pelotas se estremecieran.
Pero tenía que hacerlo suave para ella esta primera vez, deseaba hacerlo placentero para ella. Y no quería detener este momento, pero malditamente seguro que no la tomaría de esta forma.
—No te muevas. —Él se retiró y se lavó las manos, después salió apresuradamente de la ducha, abriendo y cerrando cajones y armarios en el baño, rogando porque Tom tuviese algo, cualquier cosa útil. Casi se regocijó con un grito fuerte de alegría cuando encontró una botella de lubricante. Gracias a Dios Tom tenía vida sexual. Luego cogió un condón de su habitación.
Volvió a la ducha para encontrar a Miley apoyada de espaldas contra la pared  y dos dedos dentro de su coño. Su mirada caliente lo destruyó.
—Maldición, nena.
—Te necesito, Nick. Deprisa.
Él puso el lubricante en la repisa y colocó las manos en el muro a cada lado de sus hombros, luego la besó con un hambre devastadora que lo consumía por dentro. La lengua de ella entró en su boca y encontró la suya con salvaje abandono, sus dedos moviéndose entre su cabello, jalándolo con fuertes tirones. A él no le importó.
Le gustaba su mujer salvaje y necesitada. Acarició sus pechos, tirando de sus pezones hasta que ella gimió contra sus labios.
Cuando él no pudo soportarlo más, apartó la boca de la de ella y la giró para que su cara estuviese hacia la pared de la ducha.
—Separa las piernas y empuja tu culo hacia mí.
Ella lo hizo, pero él todavía no estaba preparado para hundirse en su trasero. Él quería que primero rogara, gritando y reclamando que la follara. Tan pronto como ella estuvo en posición, él se arrodilló y le separó las nalgas de su culo, acariciando con los dedos a lo largo de la suave abertura.
Era hermosa incluso aquí. Rosado y diminuto, los labios de su coño hinchados y visibles debajo. Se inclinó y hundió la cara entre sus nalgas, serpenteando con su lengua alrededor del fruncido agujero.
—¡Oh, Dios mío, Nick!


2 comentarios:

  1. noooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooo
    Pooooooooooooodeeeeeeeeeeeesssss dejarla ahi justo en la mejor parte !!!!!
    tenes que subir urgentemente la siguiente!!!!!!!!!!!
    POR FAVOR!!!!!!!!!!!!!!

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  2. PORQUE LA DEJAS AHI???????? SEGUILA!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! o si no voy a tu casa y te obligo a que la sigas (77) jaja, VOLVISTE!!! :D ya extrañaba tu nove :( , pero ya no! PORQUE VOLVISTE!! :D Jaja seguila!!!, me encantaron los capis jaja, besos

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