miércoles, 7 de diciembre de 2011

"The Wild Walk" Cap 36




Miley se tensó, pero Nick le acarició las nalgas, inclinándose un poco hacia atrás.
—Relájate, nena. Déjame lamerte.
Ella se estremeció cuando él separó sus nalgas, luego se sumergió de nuevo, lamiendo alrededor del borde con golpes suaves. Deslizó la mano alrededor de ella para masajearle el coño, queriendo que sólo se concentrase en el placer. La lamió con golpes alternos… rápidos, después lentos, largos lametazos, mientras continuaba jugando con su clítoris y los labios de su vagina hasta que Miley estuvo retorciéndose contra él. Cualquier vacilación que ella hubiese tenido había desaparecido y Miley estaba empujando su culo contra la cara de él.
Oh, sí. Justo donde la quería. Salvaje y fuera de control. Se puso en pie y cogió el lubricante, cubriendo su dedo y derramándolo sobre la hendidura de su culo. La penetró con un dedo, utilizando todavía su otra mano para mantener el ritmo en su clítoris, moviéndose ahora hacia su costado para poder mantener un ritmo, follando su culo con el dedo, clavándolo entonces en lo más profundo de ella. Su pasaje apretado latió, acostumbrándose cada vez más a la invasión.
Pero esto era solo el principio. Había mucho más por llegar.
Primero quería llevar a Miley al clímax, luego iba a enterrar su polla profundamente en el pequeño agujero y tomar su culo virgen.
Su polla se sacudió con anticipación. Podría tomarla tan fácilmente justo ahora, antes de que ella acabase. Pero se obligó a esperar. Quería su placer, quería su coño goteando húmedo, palpitando por el orgasmo. Luego sería su turno.
—¿Se siente bien? —Preguntó él, metiendo y sacando su dedo de ella con un ritmo lento y profundo.
—Sí. Oh, sí. Dame más.
—Te gusta que te follen el culo.
Arañó la pared con las uñas.
—Basta. Deja de hablar. Haz que me corra.
Él sonrió por su irritación, pero continuó atormentándola alrededor de su clítoris, sabiendo que no iba a costar mucho más lanzarla sobre el borde.
—¿Quieres que frote tu clítoris por ti, nena?
—Jódete, Nick. Hazlo.
—Oooh, eres una pequeña irritable cuando estás caliente, ¿no?
Ella le agarró la muñeca y plantó su mano firmemente sobre su propio sexo, manteniéndola allí, estableciendo el ritmo y el lugar exacto donde lo quería. Giró la cabeza, con ojos vidriosos y desenfocados cuando le miró fijamente.
—Empuja tu dedo en mi culo con dureza y haz que me corra. Ahora.
—Sí, señora —dijo él con un guiño, aunque dudaba que ella siquiera hubiese visto el gesto. Él presionó la mano duramente sobre su clítoris y sintió las contracciones cuando ella llegó al orgasmo. Miley inclinó la cabeza hacia atrás, cerró los ojos y dejó escapar un gemido bajo. Los músculos de su ano se cerraron sobre su dedo y lo apretaron y él supo justo en ese momento lo malditamente bueno que sería cuando su polla estuviese dentro de ella.
Nick permaneció quieto, permitiéndole llegar a la cima. Retiró el dedo, lavándolo un poco, luego vertió más lubricante sobre su culo.
Se puso el condón, posicionándose detrás de ella, separando sus piernas un poco más y cubrió por completo su polla con lubricante. Se inclinó sobre ella, besó su nuca y dijo:
—Ahora, voy a follar realmente tu culo.
Los hombros de ella se encorvaron por su fuerte respiración.
—Hazlo.
Ella se inclinó todavía más, ofreciéndole sus dulces nalgas. Él se agarró la polla y empujó el glande suave a través de la entrada apretada, permaneciendo quieto mientras ella siseaba.
—Dime que pare si te duele.
—Estoy bien —dijo ella, empujando hacia atrás contra él, lo cual le permitió deslizarse más adentro de ella. Él paró, permitiendo que el cuerpo de Miley se ajustase a su grosor, permitiéndole respirar a través del ardor. Cuando ella se movió de nuevo, él así lo hizo, empujando hacia delante centímetro a centímetro hasta que estuvo totalmente asentado dentro de ella. Cuando ella se hubo acostumbrado a él, empezó a moverse, con dulce suavidad al principio; luego, cuando sintió la necesidad de ella, con un poco de dureza.
—Más —dijo ella.
Él empujó con determinación esa vez y ella gimió, echando la cabeza hacia atrás, rociándole con el agua que fluyó de las puntas de su pelo. Esto era salvaje, desenfrenado, mientras ella corcoveaba contra él, empujando su culo contra su polla. Era como un tornillo Una cámara de tortura caliente y dulce, la cosa más apretada que jamás hubiese sentido. Bajó la temperatura del agua porque ella estaba agonizando, por dentro y por fuera. Él cerró los ojos y se centró en la sensación de estar envuelto por todo ese calor, de estar dentro del culo de Miley, de estar tan íntimamente conectado a ella de esta forma. Esto era como un regalo y quería hacerlo especial para ella. Deseaba su orgasmo otra vez, sentir la presión yendo directamente a su polla.
Él veía sus movimientos, escuchaba los sonidos dulces que hacía cuando se frotaba el coño. Tan caliente. Él sentía el resultado final en el apretón alrededor de su sexo. Miley iba a estallar, pronto. Como él. Esto le quemaba por dentro, la tormenta remolineando alrededor de su columna y preparándole para explotar. Cada vez que se retiraba y empujaba dentro de ella, era más difícil mantener el control.
—Nick —dijo ella, su voz temblorosa—. Nick, necesito correrme otra vez.
Era una súplica desesperada, una por la que estaba muy feliz de ayudarla.
—Sí, nena. Córrete para mí.
Esta vez, no fue un gemido pequeño. Fue un grito alto e incontrolablemente ruidoso, acompañado por un estrecho apretón alrededor de su polla mientras ella se corría. Él se vació dentro de ella con varios empujes fuertes, luego salió de Miley rápidamente, agarrándose a ella mientras ambos resollaban y jadeaban.
El corazón de Miley latía muy rápido, un reflejo de sus propios latidos martilleantes. Era increíble que él aún pudiese estar de pie.
Ninguna mujer le había hecho esto.
Ninguna mujer era como Miley.
Él los lavó a ambos a fondo, tomándose su tiempo para acariciarla suavemente mientras la lavaba. Ella le sonrió.
—¿Estás bien?
—Perfecta —dijo ella con una sonrisa conocedora.
Él trazó su labio inferior con el pulgar.
—Sí. Lo es.
Demasiado malditamente perfecto.
Y las cosas iban a cambiar. Dios, de verdad odiaba su trabajo. Está bien, no era verdad. Adoraba su trabajo.
Pero no últimamente.
Se secaron y se vistieron.
—¿Estás hambriento? —Preguntó Miley.
—Un poco.
—Yo estoy muerta de hambre. Vamos a ver qué hay en la nevera para comer.
Se decidieron por hamburguesas, así que mientras Miley sacaba la carne y empezaba a pelar patatas para freírlas de forma casera, Nick salió para encender la parrilla. Una oportunidad perfecta para llamar y chequear a Tom. Él contestó al primer timbrazo.
—¿Cómo lo estáis haciendo? —Preguntó Tom.
—Bien.
—¿Qué hay de tu trasero?
—No hay señal de nadie al acecho. He estado escaneando el equipo de vigilancia y no ha captado nada, así que creo que estamos despejados. Le hemos perdido.
—Buenas noticias. ¿Cuándo estás planeando salir como alma que lleva el diablo?
—Al alba.


4 comentarios:

  1. wow me encanto esta increible
    no lo puedo creer todo muy lindo
    te quedo estupendo me fascino muy lindo
    espero el siguiente pronto que esta interesante
    un besito cuidate :D

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  2. buenisiiimo super hot
    estubo muy bueno
    espero que subas
    rapidamente el siguiente!!!!!!!!!
    que me fasino el capis y la nove XD malena

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  3. wow que hot! me encanto el capi seguila! estuvo INCREIBLE! seguila cuando puedas que me desespero por leer el siguiente capi :D besotes

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