—¿Lo has olvidado?— interrogó exaltada—. ¡No puedo creer que te hayas olvidado hasta de tu propio cumpleaños Miley!
—¿Hoy?— pensó en la fecha rápidamente—. ¡Cielos es cierto! Es que con tanto trabajo…— quiso excusarse.
—¡Eres una esclava de ese señor Jonas!— la reprendió su hermana—. Las dos sabemos que traes el trabajo a casa y que casi no tienes vida propia más que para organizársela a tu jefe… ¡Si hasta sus citas personales le planificas al muy descarado!— se indignó Demi.
Demi lo sabía todo. De su trabajo desmedido, de su enamoramiento por Nick, de cuanto sufría ella cada vez que lo veía con otra y también de cuanto la ignoraba… Sencillamente, ella lo sabía todo de su aburrida y miserable vida, y por eso también, era que se indignaba tanto.
—Demi, yo…, yo no me quejo. Es mi trabajo y me gusta hacerlo— dijo no muy convencida, porque a decir verdad había cosas de su empleo que no le gustaban en lo más mínimo, cómo ser testigo de las conquistas de él.
— Miley, ese hombre te llama a cualquier hora para que le reserves vuelos de último momento, restaurantes y ¡hasta las habitaciones del hotel para acudir con sus amantes! ¡Cielos, si sólo le falta que te llame para que le compres los condones! Miley tenía los ojos llenos de lágrimas. Su hermana no le decía ni más ni menos que la verdad, y ella lo sabía.
Nick Jonas le pedía a ella que planificara cada hora de su vida, pero Miley nunca formaba parte importante, ni siquiera de un minuto, de la vida de él… Y eso le resultaba doloroso. Siempre estaba excluida. Se sentía como un director en las filmaciones de una película. Pendiente de cada detalle, pero que jamás aparece en escena. Allí, en el plató, sólo están los actores. Y su nombre, aunque el director haya sido el artífice de toda la producción, sólo aparece en los créditos… Sólo que aquí no había créditos en dónde pudiese aparecer el nombre de Miley y para rematarla, muchas veces el señor Jonas, tenía que hacer un gran esfuerzo por recordarlo.
—Lo siento Miley. No quería hacerte poner así— se disculpó su hermana acercándose a ella para abrazarla—. Por favor, dime que me perdonas, no quería ser cruel contigo.
—Olvídalo Demi— dijo intentando sonreír—. Tu no eres cruel conmigo y si mi vida es patética, no es tu culpa— alzó los hombros.
—¡Tu vida no es patética!— intentó protestar.
—¿No?— preguntó alzando una ceja—. Hoy cumplo veintiocho años y mientras que la mayoría de mis ex compañeras de la escuela ya tiene un esposo, hijos o alguna carrera importante, yo sigo siendo una ridícula secretaria enamorada de su jefe… Un hombre que jamás, ni en mis mejores sueños…— lo pensó mejor—. Bueno, tal vez sólo en mis sueños, él se fija en mí. ¡Pierdo mí tiempo!... ¡Cada día estoy perdiendo el tiempo!… Pero no puedo evitarlo, o tal vez no quiero…
—Deberías buscar otro trabajo y olvidarte de él— dijo resuelta.
—No soportaría dejar de verlo…— negó con la cabeza—. Yo lo amo. Me enamoré de Nick desde el primer día que empecé a trabajar en Jonas Publisher hace tres años y aunque sé condenadamente bien que nunca habrá nada entre él y yo, no puedo sacarlo de mi corazón.
— ¡Sólo estás obnubilada porque es el hombre más guapo que pisa esta tierra! Y tal vez deberías ver que sin lo de afuera, no queda nada. ¡Nick Jonas es un frívolo, irresponsable y mujeriego y no vale más que para pasar un rato!— sentenció Demi con firmeza.
—Aquí es dónde te equivocas Demi. Si, es un hombre guapísimo, pero yo estoy enamorada de él y no sólo por su aspecto— Miley jugueteaba con la cuchara, revolviendo el poco café que quedaba dentro de la taza—. Puede que yo sea la única que haya logrado atisbar detrás de esa fachada de despreocupado que intenta mostrar, al ser dulce y cariñoso que verdaderamente es. Al hombre que realmente le importa su familia… Creo que sería un buen padre y esposo si encontrara a la mujer correcta.
Los sueños de Miley se vieron interrumpidos por el bufido de incredulidad que Demi emitió sin restricciones.
—¿Nick Jonas, con esposa e hijos?… ¡Pobre la idiota!
¡Además de hijos, criaría cuernos que le llegarían hasta el techo!… ¡Déjate de bobadas Miley!— la miró seriamente a los ojos—. Tu jefe está más que feliz con su libertad y al menos en ésta vida no creo que sea capaz de atarse a una sola mujer. Y tú harías bien en recordar mis palabras, así te evitarás muchos sufrimientos hermanita.
—¿Parece fácil, no?— dijo con desánimo y con la mirada perdida en la mermelada de fresas—. Iré a vestirme, ya se me hace tarde—se puso de pie y se dirigió a su cuarto, seguida de cerca por su hermana cuatro años mayor.
ME ENCANTO AAAAAAA ESTUBO GENIAL
ResponderEliminarYA ESTIY ESPERANDO EL SIGUIENTE!!!!!!!!!!!
PORFA SUBILO YA O HACE UN MARATON DE ESTA NOOVEE PLISSSSS!
TK
MALE
OH Dios MIO estuvo fasinante me encanto
ResponderEliminartienes que seguirlo
se te quiere
ME ENCANTO!!!!!!! SEGUILA!!!! NO VEO LA HORA DE LEER EL PROXIMO CAPI :) , BESOS
ResponderEliminarwow me encanto esta increible
ResponderEliminarquiero ver mas no lo dejes ahi
te quedo estupendo me fascino muy lindo
espero el siguiente pronto que esta interesante
un besito cuidate :D