Nick Publisher, anualmente, organizaba una
cena a total beneficio del hospital materno—infantil de la ciudad. Eran eventos
en dónde acudían grandes personalidades y ejecutivos gustosos de pagar el alto
precio de la tarjeta que les garantizaba una noche de altísimo nivel y
suntuosidades y sobre todo, rodeados de las personas más Top del momento. Ese año la temática era un baile de máscaras
y el lugar elegido como escenario, uno de los hoteles más lujosos de Nueva
York.
El
811 de la séptima avenida, cegaba con tanto esplendor y las dos hermanas se
quedaron boquiabiertas al observar el millar de luces que se derramaban como
diamantes sobre la fachada de la torre.
Varios
autos con chofer y alguna que otra limousine se iban deteniendo en la entrada.
Los personajes que descendían eran propios de la alfombra roja de los Oscar.
—¡Cielos mira eso!— exclamó Demi señalando
los vehículos que se apostaban delante de ellas—. ¡Y tú llegarás en mi viejo
Ford!
—¡Al menos no he llegado aquí caminando!—
bromeó—. No te preocupes Demi, realmente no me importa llegar en tu auto— la
tranquilizó ahora seriamente.
—¡Deberíamos haber alquilado una limo!— se
lamentó—. ¡Así tu llegada hubiese sido de lo más espectacular!
—¡Oh si! ¿Y gastarme medio salario en eso?
¡Ni hablar!
Las
grandes personalidades, entre los que se veían cantantes del momento y otros un
poco olvidados que aprovechaban el evento para hacerse ver y ser recordados.
Porque era un hecho que las fiestas de Jonas Publisher siempre salían
comentadas en las mejores revistas del país y sus invitados resultaban tema de
conversación por varias semanas. Por eso asistían también tantos actores y
actrices, políticos y empresarios, todos luciendo trajes de diseñador y
máscaras, las de muchas de las mujeres enjoyadas. Por hordas seguían ingresando
a la fiesta.
—Me siento un poco cohibida— confesó Miley
cuando ya le tocaba a ella el turno de descender.
—¡No seas cobarde!— la reprendió su
hermana—. Recuerda que nadie sabe quien eres— le guiñó un ojo—. Hoy eres una
más de ellos Miley, bella, seductora… ¡Disfruta tu noche querida!
No
le dio tiempo a nada más, fue casi expulsada del auto a empellones. Antes que
la bella mujer que miraba con un poco de temor la entrada, tuviese tiempo de
abrir la puerta y echarse de cabeza sobre el asiento, el viejo Ford desapareció
por la séptima avenida.
Miley
se sintió dentro de una película y ya que el escenario era increíble, realmente
esplendoroso, decidió actuar su papel. Demi tenía razón, hoy era una más de
ellos y nadie conocía su identidad.
Traspasó
el hall de entrada y siguió caminando con pasos lentos y elegantes hacia el
salón destinado para el baile. Se le ocurrió pensar que de esa manera debió
haberse sentido cenicienta en la fiesta del príncipe.
La
idea le resultó cómica y a la vez pensó que ella tenía un poco de ese personaje
de cuento. En su historia no había habido hadas madrinas con varitas mágicas,
pero sí un ejército de profesionales cumpliendo las indicaciones de Demi y
entre todos habían logrado un resultado asombroso.
El salón ubicado en el piso treinta y
siete, no era menos imponente que lo que había recorrido del hotel hasta llegar
allí. Pero no era sólo la suntuosidad que la rodeaba lo que tanto la
impresionaba, sino que a cada paso dado, Miley había percibido las miradas de
los hombres. Desde los empleados, pasando por los hospedados allí y ahora los
invitados, todos la habían mirado… ¡Y con eso sólo ya tenía para cumplir su
promesa!
Cada
uno de ellos había clavado sus ojos primero en su escote y después en el resto
de su figura. Era la primera vez que se sabía mirada con deseo. Había tenido la
sensación de que la devoraban con los ojos, que la desnudaban con sus ardientes
miradas y no podía negar que eso la había excitado.
El
sentirse deseada le hacía a ella anhelar más, mucho más.
Un camarero le ofreció una burbujeante copa
de champagne que ella aceptó gustosa. Bebiendo pequeños sorbos que le
cosquillearon en la nariz, siguió caminando para mezclarse con los demás
invitados.
Miley
buscaba entre los rostros enmascarados el de Nick. Sabía que ella lo
reconocería aunque él fuese completamente cubierto. Y a decir verdad, él no lo
había hecho tan difícil.
Cerca
de la barra de bebidas y, como era de suponer, rodeado de esculturales modelos
de pasarela, allí estaba Nick Jonas. ¡Elegantísimo! Enfundado en su finísimo
traje negro y para “disimular su identidad”, llevaba un pañuelo, que Miley
supuso sería de gasa o seda, al mejor estilo pirata. Tenía dos orificios en el
lugar que le caía sobre los ojos y el resto de la tela le cubría la cabeza. Los
extremos estaban atados detrás y colgaban hasta mitad de su espalda. A Miley le
gustó cómo ese pequeño detalle podía otorgarle al siempre impecable Nick, un
encantador aspecto de forajido. Los pasos la llevaban hasta el lugar en el que
él se encontraba. No sabía si se animaría a hablarle y de hacerlo, que le
diría, pero eso no la detenía, seguía avanzando hacia él.
Feliz Día de San Valentin... y de la Amistad...!!!
Woooow me encanto!!!!!!!!!!!!!! plis seguilaaa
ResponderEliminarme encantoo
ResponderEliminarya qiero el otro
qe emocion!!!♥
Woow me encanto esta increible
ResponderEliminarya quiero ver el siguiente
como reaccionara Nick al ver a Miley asi
aunque no sabe quien es mmm que pasara
te quedo estupendo me fascino muy lindo
espero el siguiente pronto que esta interesante
Feliz dia para ti tambien :)
un besito cuidate :D
Ahhh!!! Me encanto estuvo Genialisimo!!!
ResponderEliminarEstoy segura de que re-logra captar la atención de Nick ;D
Uhhh!! Ya quiero saber que pasa :S
Espero con ansias el proximo :)
Publica pronto Porfiss.
Cuídate, bye c:
AHHH o degaste en su punto d intrigaa ahh kiero ya el otro pri hermosa como estas ehh? cuidate sube cuando puedas y Feliz Valenti atrasado bye
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