domingo, 1 de mayo de 2011

"My Sinned Sweet" Cap 7




Soltó una risa divertida mientras regresaba al dormitorio para cambiarse, porque en realidad era poco atrevida y aventurera.
Al ver una caja blanca con un lazo rojo encima de la almohada, se detuvo en seco. Desvanecida la sorpresa inicial, se acercó. Dedujo que sería un regalo del hotel a los huéspedes.
Se puso cómoda en la cama y depositó la caja en su regazo. Muriéndose de curiosidad por ver lo que había dentro, apartó el lazo y levantó la tapa, revelando seis perfectas fresas recubiertas de chocolate, cada una envuelta individualmente en celofán y sujeta con una pegatina con el logo de Dulce Pecado. Había un sobre pequeño con su nombre y sacó la tarjeta del interior. Escrita con una fuerte letra masculina, ponía: Sé mía, seguido del nombre de Nick. Debajo había escrito el número de la habitación que ocupaba.
El estómago le aleteó con una extraña excitación interior y no pudo contener la sonrisa que asomo a las comisuras de sus labios. No podía negar que era creativo. Y desde luego, persistente, incluso ante otro posible rechazo.
«Los opuestos se atraen».
Al menos eso era verdad con Nick y ella. Eran tan opuestos como podía llegarlo a ser una pareja. Él despreocupado y ella con un estilo de vida estructurado. Él impetuoso y ella cautelosa… en especial con los hombres.
Incapaz de resistirse a las fresas, abrió el celofán que sellaba una y dio un gran mordisco, convencida de que el lunes regresaría a trabajar con cinco kilos de más de todo lo que comiera ese fin de semana. Pero en cuanto la fruta y el chocolate dulces se derritieron en su boca, dejó de importarle.
«Sé atrevida. Sé espontánea», repitió una vocecilla, aprovechándose de sus profundos anhelos y fantasías cuando estaba débil y susceptible, tanto por el excitante chocolate como por la soledad de perder a su hermana ese fin de semana. Pero cuanto más sonaban esas palabras en su cabeza, más capacitada y osada la hacían sentir. Dio otro mordisco a la fresa y el jugo dulce que tragó fue como un empujón líquido de valor.
«¡Ve por ello!».
Tres palabras que resultaron increíblemente eficaces y persuasivas, en particular cuando se hallaba bajo la influencia de un dulce tan seductor.
Todos los motivos por los que había resistido a Nick durante tanto tiempo se iban al garete cuando pensaba en el en términos básicos, elementales, físicos. Él la deseaba y el cielo sabía que ella lo deseaba. Era viril y más sexy que ningún hombre con el que hubiera salido. Y no albergaba duda alguna de que el sexo con él sería asombroso. Tembló al imaginar ese cuerpo fuerte moviéndose sobre el suyo, dentro del suyo, con embates lentos y hondos…
El pensamiento pecaminoso hizo que juntara las piernas, y la oleada de calor entre los muslos fue un recordatorio directo del tiempo que llevaba sin estar con un hombre. En ese momento, le pareció una eternidad.
Quizá, sólo quizá, si aceptaba la invitación de ser suya, los dos pudieran satisfacer ese anhelo que sentían y quitarse mutuamente de las respectivas cabezas. Entonces ella podría seguir adelante en la búsqueda del hombre con el que pudiera asentarse. Alguien centrado, firme y que tuviera los mismos objetivos que ella.
Por una vez en la vida, quería hacer algo salvaje, impulsivo y perverso. Por decirlo de alguna manera, soltarse el pelo, abrazar su sensualidad oculta y dejar que sus fantasías se hicieran realidad. No había mejor hombre para ello que Nick Jonas.
Iba a lanzarse.
El pensamiento le provocó una sonrisa.
Ames de poder cambiar de idea o de convencerse de no seguir una idea tan atrevida, fue al armario con la esperanza de encontrar algo más tentador que ponerse que el atuendo conservador que había llevado al coctel.
Pero su guardarropa se quedaba per1osamente corto en el ámbito de la seducción.
No era una mujer fatal ni propensa a la ropa elegante y de marca. Lo mejor que pudo encontrar fue una falda de color coral y vuelo amplio y una enagua de satén y encaje por debajo de una blusa abotonada.
En cuanto se cambió, un rápido vistazo al espejo del tocador le reveló que la blusa la hacía parecer mucho más tensa y virginal.
Muchas veces había visto a su hermana llevar únicamente un body con una falda.
A pesar de sus propias inseguridades, se obligó a desprenderse de la blusa severa y quedó placenteramente sorprendida por el resultado. El body con rebordes de encaje resultaba sexy, de un modo sutil y bonito.
Sus pechos eran plenos y firmes y el sujetador incorporado del body proporcionaba un escote agradable al tiempo que mantenía la ostentación excesiva al mínimo.
Satisfecha con el aspecto logrado, se puso las únicas sandalias que había llevado y respirando hondo para darse ánimos, recogió la caja de fresas bañadas en chocolate y se dirigió al cuarto de Nick.
 Nick empezaba a pensar que había vuelto a morder el polvo con Miley cuando de forma insegura llamaron a la puerta. Desconcertado, se levanté del sofá donde miraba una película en el televisor y con unas pocas zancadas se plantó en el recibidor. Un rápido vistazo por la mirilla le confirmó que era Miley quien estaba en el pasillo, y sostenía la caja de fresas que le había pedido al personal del hotel que dejara en su habitación mientras se hallaban en el coctel.
En su estómago se formó un nudo nervioso y con celeridad se pasó las palmas de las manos por los vaqueros. ¡Santo cielo, se sentía tan ansioso como un adolescente en su primera cita!
Su reacción era cómica y ridícula, pero después de tres años de perseguir a Miley y finalmente obtener una respuesta positiva de ella, no quería estropear cualquier oportunidad que pudiera tener. No quería asustarla antes de poder demostrarle que entre ellos había mucho más que una simple atracción física.
Sin embargo, si tenía que explotar la tensión sexual para llegar hasta la profundidad emocional, que así fuera. Era un pequeño sacrificio por una causa mayor.
Respirando hondo y sintiéndose más en control de sus reacciones, abrió la puerta, echó un vistazo a lo que Miley llevaba puesto y se sintió mareado. Experimentó el impulso súbito de poner las manos sobre ella, pero lo que hizo fue poner los dedos pulgares en los bolsillos delanteros de los vaqueros.
—Vaya, estás asombrosa.
—Gracias —el rubor invadió sus mejillas—. ¿Puedo pasar?
—Claro —retrocedió para que pudiera entrar, luego cerró y la siguió a la zona del salón.


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Estos capis son para vs Katty ... espero te gusten un beso!!!



5 comentarios:

  1. me encantoooo
    jejeje
    esta genial
    XD

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  2. HOLA VOLVI DE MIS VACAS
    jajaja te extrañe mucho mucho
    mucho y 100000000000 muchos mas,
    ya queria volver por donde vive mi
    tia la palabra internet NO EXISTE
    :O fue horrible pero me fui de fiesta
    a cenar y a la pista de arrancones
    :) pero te extrañe a ti y las demas
    que vueno q volvi para leer las noves buehh bye
    y ya pon el capi que sigue....
    byeeeee lolita

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  3. me gusto el cap
    alfin se van a dar una oportunidad
    bueno nye hasta el sig

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  4. aaaah
    me encaanto el capii
    geneaal
    sis espero pronto el siguientee
    eehh jejeje

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  5. me encanto!!!
    gosh amo a nick♥

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